_
_
_
_

Una reyerta carcelaria en México se salda con 30 muertos

Desde 2010 se repiten en Tamaulipas motines y fugas

Salvador Camarena

El Estado mexicano de Tamaulipas vivió el miércoles la primera tragedia del año ligada a sus cárceles. Un total de 31 reclusos de una prisión de Altamira, en la región de Tampico, a 500 kilómetros al noreste de la capital federal, han muerto en una reyerta que se prolongó durante horas antes de que pudiera ser sofocada por las autoridades. Otros 13 presos resultaron heridos. En la pelea, los reclusos usaron armas punzantes de fabricación artesanal.

Según el informe de la Secretaría de Seguridad Pública y la Fiscalía de Tamaulipas, la batalla campal comenzó cuando internos de un módulo se trasladaron a otro que no les correspondía. La policía necesitó varias horas para dominar la situación. Ayer, tras la tragedia, las autoridades todavía no habían informado sobre la identidad de los fallecidos. Solo habían especificado que 22 de ellos ingresaron en prisión acusados por delitos del fuero común (que persiguen las autoridades locales) y nueve por violaciones de leyes federales.

La noche del miércoles, 13 reclusos fueron interrogados por su presunta participación en la riña y también se tomó declaración a los custodios del penal que es considerado de mediana seguridad y que, según informaciones de la prensa local, padece hacinamiento, pues la cárcel alberga 3.000 internos cuando fue diseñada para 2.000. La tarde del miércoles familiares de internos llegaron al reclusorio para demandar sin éxito información sobre lo que ocurría en el interior del penal.

Las cárceles de Tamaulipas, Estado fronterizo con Tejas, han sido escenario de asesinatos colectivos y fugas masivas desde 2010. En octubre pasado, 20 reclusos murieron en el penal de Matamoros; en julio, en la cárcel de Nuevo Laredo, fueron siete los muertos y 59 los que lograron fugarse. Tan solo entre 2010 y marzo de 2011 fueron 400 los internos que se fugaron de cárceles tamaulipecas, región que padece el enfrentamiento entre el cartel del Golfo y el grupo criminal de los Zetas.

El problema carcelario de México está lejos de limitarse a lo que ocurre en Tamaulipas. En los últimos siete días, en Jalisco se han fugado cinco presos, tres de la cárcel de Puente Grande, cercana a Guadalajara, y dos del municipio de Cihuatlán, en la región de la costa del Pacífico. En el primer caso, el padre de uno de los reclusos fugados murió el viernes después de que agentes de la policía lo golpearan al interrogarlo sobre el paradero de su hijo.

Militares vigilan el acceso a la cárcel de Altamira.
Militares vigilan el acceso a la cárcel de Altamira.REUTERS

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo

¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?

Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.

¿Por qué estás viendo esto?

Flecha

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.

Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.

¿Tienes una suscripción de empresa? Accede aquí para contratar más cuentas.

En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.

Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_