El Pabellón de la Navegación se embarca en su segundo viaje
Tras llegar a buen puerto con su primera travesía, aquella que realizó en la Exposición Universal de 1992, el Pabellón de la Navegación de Sevilla, un impresionante edificio del arquitecto Guillermo Vázquez Consuegra, con alma de nave pero cimentado a orillas del Guadalquivir, inició ayer su segundo viaje. En esta ocasión se trata de la apertura al público, tras 12 años de proyectos, obras y trabajos que se iniciaron en 2005, de una exposición temporal sobre la navegación atlántica. Una especie de mar eléctrico, compuesto por 14.500 leds y medio millón de puntos de luz (como muestra la fotografía), se ha convertido en la sustancia en la que navegan las almas de una veintena de personas. Son historias reales, de famosos y anónimos, que realizaron la gran travesía que les llevó al nuevo mundo entre los siglos XVI y XVIII.
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