Atenazada por la deuda
"Está todo condicionado a la deuda. El margen de maniobra de Botella será muy escaso", asegura el portavoz municipal de UPyD, David Ortega. Ana Botella hereda un Ayuntamiento con un agujero de 6.348 millones de euros y sometido a un plan económico financiero hasta el final del mandato y más allá del que no se puede desviar. Las inversiones están congeladas y el exconcejal de Hacienda, Juan Bravo, tuvo que cuadrar el presupuesto de este año con ingresos extraordinarios como la venta de edificios y de la participación municipal en el futuro Canal de Isabel II privatizado y la cesión de la gestión del metro a la Comunidad de Madrid.
La deuda y las restricciones presupuestarias marcarán el mandato de Botella. Sus prioridades quedaron fijadas en el discurso de investidura: refrendó el proyecto olímpico, prometió austeridad y puso el énfasis en los servicios a los más desfavorecidos. "Podemos decir con legítimo orgullo que las grandes inversiones ya están culminadas y ello nos permitirá concentrar nuestros esfuerzos en la gestión de los servicios básicos", afirmó. Botella se estrenó como alcaldesa la semana pasada entregando las llaves de 143 pisos de protección oficial en Vallecas y Carabanchel. Hoy tiene en su agenda otro acto de carácter social: visitará el albergue municipal de San Isidro, que aloja a 269 personas sin techo.
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