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Reportaje:

Correr porque sí

El auge de las San Silvestre tiñe el fin de año gallego de atletismo

Hay un sentimiento grupal entre quienes practican atletismo que subyace sobre el carácter individual del esfuerzo, un afecto que seguramente explique manifestaciones colectivas como las que se vivieron en un buen número de ciudades y villas gallegas durante el último día de año. Proliferan las carreras de San Silvestre, lúdicas competiciones en las que caben reyes de las pistas y monarcas del cachondeo. La web correrengalicia.org, catalizadora en internet de tanta pasión, contabiliza al menos 14 eventos, algunos de ellos con tanta tradición como la San Silvestre de Pontevedra, que cumplió su vigésimo octava edición con más de 2.000 atletas en la calle, la de Lugo que va por la decimoséptima o la de Castrelo de Miño, que cumplió 13. Allariz, Baio, la ruta que une Mugardos y Ares, A Estrada, Noia o Salceda de Caselas son clásicos del fin de año. Pero llegan otros enclaves como A Coruña, que en su segunda edición reunió a más de 1.500 corredores, o As Pontes, que se estrenó y ya empezó la cuenta atrás para repetir. "Somos muy fiesteros y además la gente del pueblo siempre se anima a participar", explica Ana Alonso, técnico de deportes del Ayuntamiento de As Pontes y una de las impulsoras de la puesta de largo del pasado sábado. Aunque en realidad la idea no fue suya. "Fue de un primo mío -tercia- que vive en Madrid y que en una comida familiar me lo propuso. Hablamos con el concejal y con el club local de atletismo, el San José, y nos lanzamos". Al final cualquier expectativa se superó. Abrieron la San Silvestre a todos los públicos, crearon incluso las categorías biberón, para los más pequeños, y andaina, para quienes no quisieran o pudieran trotar, incentivaron con premios que la gente se presentara disfrazada a correr y prepararon una chocolatada. Llegaron casi a los 400 inscritos. "Las carreras populares están de moda", sentencia Alonso. Faltó su primo, que corrió la San Silvestre vallecana.

Son competiciones lúdicas: caben reyes de las pistas o del cachondeo
En Internet se contabilizan al menos 14 de estas carreras en Galicia

Madrid es la referencia, pero la historia pasa por São Paulo, Allí se comenzó a replicar en 1924 una tradición medieval francesa por la que la gente despedía el año corriendo con teas y antorchas en las manos. "Es el último día del año y salimos a hacer lo que más nos gusta, correr. Es una liberación, una manera de disfrutar", explica David Iglesias, presidente del club Rialto, iniciativa polideportiva coruñesa que también mira hacia la vela o el pádel. La tarde de fin de año de 2010 hicieron una llamada a su gente, a la que hace de salir a trotar una cotidiana necesidad vital. "Nos juntamos para correr en fin de año todos los que quedamos para hacer grupo y salir a entrenar". Fue algo espontáneo, amigos y conocidos del paseo marítimo, casi medio centenar, gozaron en el esfuerzo y acabaron en la sede del club, en la plaza de María Pita. Allí mientras corría el champán se habló de aportar a la ciudad algo de lo que carecía, una San Silvestre. Lo pusieron en marcha y un año después respondieron más de 800 entusiastas bajo un sol radiante. El sábado, pese a la lluvia, ya eran cerca de 1.500. "Repartimos mil dorsales, pero no podemos impedir a la gente que se sume a correr por su cuenta. La calle es de todos, pero estamos pendientes también de todos", detalla Iglesias, al frente de un fenomenal tinglado. "De los más de mil atletas, en realidad compiten unos 80, pero todos caben en una San Silvestre", matiza. Con ropa técnica, disfrazados de Supermán o en familia con el carrito del niño, todos tenían su momento de gloria tras casi ocho kilómetros que los llevaron por el paseo marítimo hasta el pie de la Torre de Hércules y, al fin, a esa entrada bajo los soportales y el acceso a María Pita, de la que habían partido, algo así como la sensación que puede embargar al maratoniano que entra en el estadio en unos Juegos Olímpicos. "Se lo dedicamos a nuestras familias, a los que todo el año soportan nuestra locura por salir a correr", explicaba Andrés Prieto, el locutor que animó la velada y previno: "El año que viene queremos ser 3.000".

Todo se explica por el auge del atletismo popular. En Lugo el circuito Corre con Nós ha impulsado la participación en carreras a lo largo de todo el año. Y la tradicional San Silvestre que organiza el Club Fluvial se ha beneficiado del tirón. "El auge es indudable y despedir el año corriendo es la mejor forma de hacerlo. Además sirve para abrir hueco en el estómago para la cena", bromea Carlos Villamor. Hace 11 años corrió su primera San Silvestre lucense. Tenía 14 años y venció en su categoría. Al año siguiente ganó la absoluta y desde entonces no ha parado. Puestos a atender a tradiciones él también cumplió con la suya el pasado sábado, pero aclara: "No importan las victorias y sí disfrutar como se pueda del día y del ambiente. Algunos salimos a competir, pero la pachanga es muy positiva".

Carrera San Silvestre de este fin de año en la Plaza de María Pita, en A Coruña.
Carrera San Silvestre de este fin de año en la Plaza de María Pita, en A Coruña.GABRIEL TIZÓN
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