Nobleza en bailarinas

Pedralbes, La Moraleja o La Finca son sus reservas naturales, pero hay zonas urbanas más céntricas que también congregan a los retoños de la alta sociedad. Y en Madrid no hay mejor refugio downtown para ellos que las poco transitadas calles de los Jerónimos, junto al Retiro más noble. Allí, muy cerca de la interminable cola para ver las joyas del Hermitage en el Prado, pero alejados de los turistas y sin un solo supermercado a mano, habitan rostros muy fotografiados como los de El Litri hijo y su esposa, Carolina Herrera hija, y otros sin constancia en el cuché, como los de Mari Luz Barreiros, Mónica Oriol o Maite Arango. Sus puntos de encuentro en el barrio siempre han sido los buenos restaurantes, que los hay, pero Murillo se ha convertido ahora en el oficial, cambiando la fórmula conocida a la de un bistró acogedor que nunca cierra y cuya máxima pretensión decorativa es el color Arsenic 214 de Farrow en la pared del baño. Tras una dura mañana de compras, el lugar perfecto para abandonar el tacón por la bailarina. La línea de ejecutivos que pueblan la barra no es más que el aderezo a la nube de exitosas comensales que frecuentan las mesas: Ana Rosa Quintana, Fiona Ferrer, Genoveva Casanova, Isabel Sartorius, Angela Missoni... Todo empezó cuando Eli Arcaya y Johanna Müller-Klingspor echaron el ojo a una antigua taberna de la trasera del Prado, junto a la puerta de Murillo, para abrir un local divertido, con una carta sencilla y rica de ibéricos, pizzetas y ensaladas. La única grandilocuencia en ella es literaria, ya que el encargado de escribirla ha sido Boris Izaguirre, que ha acuñado el salmorejo Duque de Alba, la ensalada Cayetana o la hamburguesa CH. Lo que no ha cambiado es el nombre de la estrella del brunch dominical, los huevos benedictinos.

Bistró-Bar-Brunch. Ruiz de Alarcón, 27. Madrid. Teléfono: 913 69 36 89. Martes a sábado: de 9.30 a 1.30. Domingo: de 12 a 18.30. www.murillocafe.com