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Las universidades públicas salvan a la VIU a petición de la Generalitat

Fabra levanta el veto a los rectores y los incluye con voz y voto en las decisiones

El plan del expresidente Francisco Camps de competir con el sistema universitario público mediante la creación un campus virtual denominado Valencian International University (VIU), que iba a ofrecer titulaciones "en los cinco continentes", se ha estrellado con la realidad. Ni la crisis permite seguir inyectando dinero a un ritmo anual de 3 y 4 millones de euros para 700 alumnos; ni la plataforma de enseñanza on line ha despegado como se anunció el 28 de septiembre de 2005, cuando se creó por acuerdo del pleno del Consell que presidía Camps.

Su sucesor, el presidente de la Generalitat, Alberto Fabra, lanzó ayer un mensaje muy claro en ambos sentidos durante la firma oficial en el Palau de la Generalitat del convenio que incorpora a los cinco rectores del sistema universitario público a los órganos de decisión de la VIU, con pleno derecho. "La firma pone de manifiesto la necesidad de sumar esfuerzos, de ir todos juntos", subrayó Fabra en varias ocasiones.

El consejero José Ciscar defiende la "excelencia" del sistema valenciano
La calificación de la deuda del Consell y las universidades cae a lo más bajo

Con este giro, el sistema universitario público entra al rescate de la VIU a petición de la Generalitat, en un escenario financiero marcado la asfixia de la Administración autonómica. Ayer mismo, la agencia de calificación Standard & Poor's rebajó la calificación de la Generalitat valenciana de A a BBB (muy baja), haciendo mención expresa a la deuda de las universidades públicas.

La deuda del Consell con las cinco universidades hasta 2008 supera los 800 millones de euros. En verano, los rectores aceptaron aplazar el pago anual de esa deuda, lo que ha obligado a las universidades a hacer unos presupuestos a la baja para el ejercicio de 2012. Ese gesto les valió ayer el reconocimiento público del presidente Fabra durante su intervención, cuando destacó "el compromiso demostrado por las universidades con la austeridad, el rigor y la eficacia en la gestión".

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A la vez, el consejero de Educación, José Ciscar, lanzó un duro reproche contra la agencia de calificación americana. "Esto lo hace una agencia externa con la que yo no estoy en absoluto de acuerdo", sentenció Ciscar, quien destacó: "El nivel de nuestras universidades es muy bueno y no es casualidad la calificación de Campus de Excelencia que los jurados internacionales les otorgan cada año".

El presidente de la Conferencia de Rectores de las Universidades Españolas (CRUE) y rector de la Politécnica de Valencia, Juan Julià -que habló en nombre de sus cuatro homólogos de las universidades de Castellón, Elche, Alicante y Valencia- defendió que son instituciones académicas que "mejoran en sus calificaciones en los ranking internacionales universitarios, como el de Shanghai", y calificó de "despropósito" la calificación de la agencia.

Juliá destacó la nueva "presencia" de los rectores en "los órganos directivos de la VIU". Una participación con voz y voto, que bajo la presidencia de Camps les fue negada, especialmente en 2006 cuando se estudió su posible entrada en la VIU. "Esto era algo que hasta ahora no ocurría", insistió Juliá. El rector confesó que se "desconocen las razones por las que cuando se creó esta universidad a distancia no se invitó a los rectores". Pero añadió: "En esta ocasión, el Gobierno valenciano ha entendido que la colaboración es oportuna".

Juan Carlos Badenas, el actual rector de la VIU, llegó en julio de 2011 con el encargo de poner en orden la estructura, organización y gestión opacas instauradas por el rector fundacional, José Sanmartín, que dejó un reguero de irregularidades detectadas durante los últimos dos ejercicios por la Sindicatura de Comptes. Desde hace seis meses, Badenas emprendió la tarea de incorporar a los rectores al proyecto virtual.

Una vez consumados los objetivos de rehacer las relaciones con el sistema universitario público y alejar la desconfianza acumulada por los rectores hacia el proyecto impulsado por el consejero José Ciscar, la VIU se compromete a prestar apoyo tecnológico al sistema público. Así lo destacó Badenas, que se mostró confiado en que la plataforma tecnológica de la VIU sirva para "posicionar al máximo el sistema universitario público", al favorecer su "internacionalización" y dar "flexibilidad" para poder impartir grados y másteres de forma no presencial.

El convenio marco solo regula los fines docentes, académicos y de investigación. La colaboración concreta con cada universidad se articulará mediante convenios específicos y será aprobada por una comisión paritaria de representantes de cada una de las universidades, debiendo de ajustar la oferta al mínimo de 45 alumnos matriculados que fija la ley.

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