Otro pueblo chino se rebela contra las autoridades
Miles de vecinos chocan con la policía en protesta por una central térmica
Mientras los habitantes de Wukan, un pueblo de pescadores de la provincia de Guangdong (sur de China), continúan en pie de guerra contras las autoridades locales, a las que acusan de engañarles para quedarse con sus tierras y de haber torturado a uno de sus líderes, que falleció mientras estaba bajo custodia policial, otro municipio se ha levantado contra los dirigentes chinos. La policía disparó ayer gases lacrimógenos y golpeó a residentes de Haimen, pueblo situado 115 kilómetros al noreste de Wukan, que irrumpieron en los edificios del Gobierno local para exigir el traslado de una central térmica de carbón, que, según dicen, está dañando su salud, informa France Presse, que cita a varios vecinos. Un chico de 15 años murió en los enfrentamientos y más de un centenar de personas resultaron heridas.
Las mismas fuentes dicen que entre 100 y 200 agentes antidisturbios se enfrentaron a los manifestantes y que varios miles de vecinos bloquearon una autopista que conduce al pueblo para "llamar la atención", después de que las autoridades locales rechazaran recibirlos. Los vecinos afirman que están protestando porque quieren que la planta sea desplazada a otro lugar, debido a que muchos de ellos sufren enfermedades, incluida el cáncer.
La prensa estatal publicó el mes pasado que un proyecto para ampliar una central térmica en Haimen -cifrado en 7.400 millones de yuanes (887 millones de euros)- no había superado las pruebas medioambientales. Los metales tóxicos -como plomo, zinc y níquel- encontrados en las vías fluviales "excedían los niveles estándar" de concentración, según el grupo de información financiera y económica Caixin.
Mientras tanto, los habitantes de Wukan -cuyas carreteras de acceso están bloqueadas desde hace una semana por la policía- mantienen el pulso contra las autoridades. El miércoles tienen previsto realizar una marcha hacia las oficinas del Gobierno local en una ciudad vecina, a pesar de las amenazas que han recibido. Aseguran que solo desconvocarán la protesta si sus demandas son cumplidas. Los vecinos han pedido la intervención del Gobierno central para que "restablezca la justicia", ante lo que califican como prácticas corruptas de los dirigentes locales.
El rápido crecimiento que ha experimentado China desde que puso en marcha el proceso de apertura y reforma a finales de 1978 ha generado graves problemas medioambientales, que se han convertido en una de las principales causas de descontento entre la población. El número de "incidentes de masas" -el eufemismo que utiliza el Gobierno para las manifestaciones y protestas, entre otros- ha crecido en los últimos años, debido a la corrupción.
La serie de huelgas registradas en los últimos meses en fábricas del sur de China para pedir aumentos salariales y las protestas en Haimen y Wukan suponen un motivo de preocupación para los líderes en Pekín, que han convertido la estabilidad en una prioridad absoluta.
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.