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Crítica:TEXTOS Y DOCUMENTOS
Crítica
Género de opinión que describe, elogia o censura, en todo o en parte, una obra cultural o de entretenimiento. Siempre debe escribirla un experto en la materia

Policías, asesinos y banqueros

Petros Márkaris sitúa su novela en el avispero de la crisis griegaPetros Márkaris sitúa su novela en el avispero de la crisis griega

Ramón Lobo

Los PIIGS somos nosotros, los que nos creímos felices y endeudados sin consecuencias: Portugal, Irlanda, Italia, Grecia y España. En el arranque de la novela Con el agua al cuello (Tusquets, 2011), Fanis intenta convencer a su suegro, el comisario Kostas Jaritos, de que compre un coche español solo por solidaridad entre pobres, y dice una frase que vale el libro: "Quisimos vivir como tiburones y ahora estamos ahogándonos porque los cerdos no saben nadar".

Petros Márkaris ha situado la trama de su novela en la Grecia que se hunde aplastada por la deuda y la crisis; un país gobernado por una troika omnipresente y omnisciente que manda incluso disfrazada de Scotland Yard.

Jaritos se enfrenta a varios asesinatos de personas relacionadas con la banca y el mundo del dinero. La investigación policial está impregnada de la cotidianidad griega: recortes salariales, retraso de la jubilación, familias atrapadas en un crédito que no pueden pagar, los suicidios...

CON EL AGUA AL CUELLO

Petros Márkaris

Tusquets Editores

ISBN 978-84-8383-357-5

Al tráfico de Atenas, tan infernal y legendario como el cairota, se une el caos diario generado por las manifestaciones de las distintas víctimas del ajuste. La ciudad es una ruleta rusa en la que no sirven la lógica ni el GPS.

Narrada con su maestría habitual, Márkaris hace una dura crítica de su país -algo habitual en sus novelas-, de los políticos, de los mediocres que se han encaramado a los puestos de mando, del jefe de la unidad antiterrorista que anhela salir en televisión. Márkaris conduce al lector por los paraísos fiscales, las cuentas B, los extorsionadores de los que lo perdieron casi todo. Lo que se pierde con el descubrimiento del asesino, quizá demasiado pronto, se gana en calidad literaria.

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