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Reportaje:Empresas & sectores

Ericsson multiplica la onda

La empresa sueca no descarta compras en España, mientras su centro de I+D de Madrid crece en presupuesto y personal

Ericsson es un pronombre de la tercera persona del masculino del plural. En concreto, es el ellos de la desafortunada y célebre frase de Miguel de Unamuno: "¡Qué inventen ellos!". Cada día, 550 personas, la mayoría jóvenes ingenieros que rondan la cuarentena, se afanan en contradecir, en el centro de I+D que el fabricante de tecnología sueco tiene en Madrid, al huraño escritor de la barba blanca. Lo suyo es todo lo contrario, una reivindicación de ese pronombre y una apuesta por el talento que portan las personas que aún han arrancado pocas hojas del almanaque de la vida.

Fieles a sus principios, este año incorporarán a 40 nuevos profesionales, sobre todo ingenieros recién licenciados. Y, por si se lo están preguntando, sin usar la dudosa fórmula de los miniempleos de 400 euros que propugna el presidente de la CEOE, Juan Rosell.

El laboratorio madrileño de I+D ha registrado 400 patentes en 25 años
"La solución a la crisis es digital", dice el director de operaciones

En esta factoría de investigación se ha desarrollado el que tal vez sea su producto de más calado. Lleva el nombre de HLR y permite localizar y reconocer a 2.000 millones de personas, aproximadamente la mitad de quienes usan el teléfono móvil en el planeta. Es esa misteriosa -para muchos- herramienta que hace posible que el móvil esté operativo en casi todos los países del mundo cuando uno viaja, y su dueño, localizado. Bueno, también sirve para saber si el usuario tiene contratado el acceso a Internet o al roaming (llamadas en itinerancia), y es que los operadores tienen que vigilar su caja.

Pero el centro no solo está construido sobre los desarrollos técnicos, sino también sobre el orgullo. En particular, el que da lograr, según sus responsables, que a lo largo de sus 25 años de vida tengan 400 patentes reconocidas y una inversión generada de 500 millones de euros. Y además, sus responsables presumen de haber creado soluciones que dan servicio a esos 2.000 millones de usuarios de 255 operadores de telecomunicaciones repartidos por 158 países.

Tanta es la autoestima que si vamos al detalle veremos que este espacio trabaja para los 125 países donde Ericsson está presente. Y otro dato: el año pasado la filial española exportó cerca de 100 millones de euros en conocimiento tecnológico, de los que 75 millones se crearon en la planta madrileña de I+D.

Ahora bien, estas son las imágenes que dibuja la película del pasado. ¿Y el futuro? Pues marida ambición, expectativas y trabajo. "No descartamos comprar más empresas", avanza Demetrio Álvarez, director de operaciones del centro de I+D de Ericsson. De hecho, recuerda este responsable, España es el tercer país del mundo donde Ericsson ha comprado más compañías en la última década. Ahí están Enditel, Netspira, Optimi y

HyC. ¿Y qué buscan? "Estamos muy interesados en la optimización de las redes móviles y el tráfico de las mismas", revela Demetrio Álvarez.

También es alentador saber que hay empresas radicadas en nuestro país que planean crecer en tiempos de muchas dificultades. "La solución a la crisis es digital; esto es, recurrir a la potenciación de lo tecnológico", reflexiona Álvarez. Como el movimiento se demuestra andando, el centro (que maneja este año 50 millones de euros) aumentará el ejercicio que viene su presupuesto un 5%. Y además, una parte de los ingresos que sostendrán estas inversiones deberán proceder de dar respuesta a dos desafíos mayores: el estándar de conectividad 4G y el incremento de las comunicaciones machine to machine (son esas que detectan a distancia, por ejemplo, los consumos energéticos de los hogares o que se aplican en propuestas de telemedicina).

Pero sería distorsionar la realidad plantear un escenario absolutamente idílico para este espacio tecnológico. En 2009 fue necesario, apuntan en la compañía, impulsar un expediente de regulación de empleo (ERE) que afectó a 70 personas, de las que 61 se lograron recolocar en la propia firma. Aquí entra en juego una de las señas de identidad de la empresa y del futuro que llega: la movilidad. "El expatriado es una figura básica en Ericsson. Los españoles vamos perdiendo

[el propio Demetrio Álvarez trabajó durante varios años en la sede irlandesa de la compañía] ese recelo histórico. Al contrario. Cada vez estamos más interesados en vivir la experiencia".

Y es que usar el camino de los costes (reducción de personal y salarios) pensando en ser competitivos "ya no se puede aguantar más, y hoy por hoy la clave reside en la motivación, la involucración, el talento y el entusiasmo", desgrana el director de operaciones. O sea, conseguir el máximo de las personas. -

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