El Getafe saca tajada del aguacero

En el modesto regreso de Güiza y Moyà a la isla que los vio triunfar, el Getafe obtuvo su primera victoria a domicilio de la temporada. Uno de esos triunfos que valen por dos: por producirse fuera de casa, ante un rival directo por la permanencia, y por remontar un marcador en contra. Por los mismos motivos, al Mallorca le dolió el doble dejar escapar los tres puntos. El equipo de Caparrós sigue instalado en la irregularidad.

Ventolera y lluvia intensa en Son Moix, y dos equipos que se empeñaron en huir del juego raso. El resultado fue un encuentro trabado, poco fútbol y 22 hombres mirando cómo revoloteaba la pelota sobre sus cabezas. Desde lo alto llegó al área del Getafe un balón que Moyà no acertó a despejar y que a la postre se convertiría en el primer gol de la tarde. Ante el pase cerrado de Pereira desde el banderín de córner, el portero hizo la estatua y permitió que Ramis se le adelantara para cabecear a la red.

El Mallorca fue incapaz de sacar provecho de la ventaja. No dio un paso adelante, pero tampoco supo contemporizar e imponer un ritmo de juego favorable. El partido continuó disputándose en las alturas, con balones divididos y posesiones efímeras. Un descontrol que mantuvo con vida al Getafe, que no había puesto demasiado de su parte y que se encontró con un tanto tan poco buscado como el del Mallorca. Otro despropósito defensivo, esta vez en el área local, lo aprovechó Barrada para rematar a placer desde el punto de penalti. Cendrós se cruzó y despistó a Aouate.

Con el empate, se acentuó aún más la sensación de barullo. Nadie parecía querer mandar. Nadie parecía tener una idea clara a seguir. Hasta que llegó el primer y único destello de calidad, el que desequilibró el encuentro: un buen pase interior de Juan Rodríguez, que partió en dos la defensa del Mallorca. Miku trazó el desmarque, y ante la salida del portero, cedió para que Barrada, de nuevo, empujase a gol.