Griñán promete cambios y renovar ideas

"Pepe, te ha tocado". Con esta frase lapidaria presentó ayer Susana Díaz a José Antonio Griñán minutos después de que el PSOE andaluz le proclamase, por aclamación y sin ningún gesto en contra, candidato oficial a la presidencia de la Junta en los comicios de marzo. La secretaria de Organización quería enfatizar el mal momento con el que tendrá que lidiar el líder socialista como cartel electoral: una brutal crisis económica que ha mermado sobremanera el poder municipal de su partido y se ha llevado por delante al Gobierno de España. En esa clave, en la de hacer frente con optimismo a la adversidad de la etapa más difícil del PSOE, Griñán ofreció hacer un buen Gobierno para el cambio y pidió a los suyos multiplicar esfuerzos y "poner altavoz a nuestras convicciones".

El cambio y el proyecto renovado fueron los mensajes en los que más insistió el que será el cuarto candidato de los socialistas en Andalucía (tras Rafael Escuredo, José Rodríguez de la Borbolla y Manuel Chaves), consciente de que es precisamente un cambio lo que demanda la sociedad andaluza -un 72,8% desea que se renueve el Gobierno, según IESA- y la palabra talismán a la que se ha agarrado su oponente Javier Arenas para disputar al PSOE una hegemonía que dura ya 30 años. "Hay quien solo ofrece un cambio de Gobierno para solucionar la crisis, nosotros ofrecemos un Gobierno para el cambio", dijo. Y se explicó mejor zahiriendo al contrario: "La gente quiere cambio, pero decir que el PP lo es, es como ponerse pantalones bombachos para ir a la moda".

Luego siguió con su discurso interno, siempre con el hilo conductor de la transformación. "Nuestro proyecto se tiene que actualizar cada día. El partido no debe ser un fin en sí mismo ni se pueden fosilizar las ideas, hay que contrastarlas con la realidad y evaluarlas. El partido del cambio no puede tener miedo a ningún cambio", señaló.

La otra pata de la puesta de largo de José Antonio Griñán como candidato -se medirá por primera vez en las urnas, después de que Manuel Chaves le traspasara la jefatura del Gobierno en 2009 y de ser elegido secretario general del PSOE un año después- fue la vertiente emocional, los sentimientos, las apelaciones al coraje y al corazón del votante socialista. "Confío en vosotros y en este partido, nunca hemos tenido otro norte que este Sur que amamos apasionadamente", dijo, y combinó las llamadas a la moral con una descripción de las circunstancias para "tener los pies en el suelo". "Estamos aquí con una crisis económica incesante que parece que no va a terminar nunca. Es difícil, lo sé, todavía tenemos el escozor de la derrota [la de las elecciones del 20-N], pero podemos conseguirlo. Os pido humildad, austeridad y diálogo", añadió. "Este es un partido que no miente, que no engaña, que sabe que no hay recetas mágicas y que dice que la salida de la crisis exigirá sacrificios".

Griñán habló de su esposa, de lo que le dicen sus hijos y sus amigos para construir numerosos enunciados cargados de ánimo: "Tenemos que evitar que toda España sea ocupada por la marea conservadora e iniciar desde Andalucía la recuperación del voto socialista". Apenas mencionó propuestas, salvo la necesidad perentoria de crear empleo y cortar la sangría del paro desde lo público y sin retroceder en el modelo social, la gran prioridad de su futuro programa.

A la reunión del comité director -el máximo órgano entre congresos que le designó ayer candidato por unanimidad- asistieron el secretario federal de Organización, Marcelino Iglesias, y el presidente del partido, Manuel Chaves. También le arroparon expresidentes de la Junta como José Rodríguez de la Borbolla y antiguos dirigentes, como Luis Pizarro, Javier Torres Vela o Gaspar Zarrías.