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Ros sopesa si retirarse y reservarse para las primarias a la Generalitat

Votar por separado al líder y a la ejecutiva patentizará los apoyos de cada candidato

Miquel Noguer

El sustancial voto de castigo a José Montilla dio alas a última hora de la noche de ayer a los candidatos críticos con el actual aparato del PSC. Con todo, el alcalde de Terrassa, Pere Navarro, sigue siendo el gran favorito para ocupar la primera secretaría y esta mañana se verán los movimientos que tendrán que hacer sus dos rivales para mantenerse en el tablero y seguir desempeñando un papel en el futuro. El candidato con más apoyos entre el sector catalanista, Àngel Ros, sopesaba anoche si retirarse de la carrera dando su apoyo al tercer aspirante en discordia, Joan Ignasi Elena, encuadrado en la corriente Nou Cicle. El paso se explicaría por su interés en evitar la imagen de una derrota y reservar su capital político para las elecciones primarias en las que el PSC escogerá en el futuro a su candidato a la Generalitat.

Por primera vez en la historia del PSC, los delegados en el congreso votarán primero al primer secretario y posteriormente evaluarán la ejecutiva que este propone. Eso tiene riesgos, pero también ventajas. El riesgo, especialmente para Àngel Ros, es que quedará muy claro quién tiene el apoyo mayoritario de los delegados. Y si estos votan según han ido anunciando los jefes de las federaciones a las que pertenecen, la superioridad de Navarro puede resultar arrolladora. La ventaja para el partido es que, al votarse solo la figura del primer secretario, el ganador podrá integrar después en su ejecutiva a los perdedores o a sus equipos en aras de mantener la unidad interna.

Navarro, Ros y Elena se reunieron ayer a última hora de la noche para intentar acercar posiciones. El punto de partida es que todos quieren que hoy la militancia pueda votar entre más de un candidato, algo completamente nuevo en el PSC. La cuestión es si los aspirantes serán tres o se verán reducidos a dos. Los tres lograron los avales necesarios. Ayer por la mañana, además de decidirse que la elección de la ejecutiva se haría separadamente de la del primer secretario, todos optaron por reducir el mínimo de avales necesario para presentarse. Del 20% de los delegados se pasó al 10%. Esto es, 83 firmas en un congreso con 830 delegados.

Ros admitió en conversaciones con los periodistas en los pasillos del congreso que no es seguro que hoy se presente. "Lo importante es que haya más de una opción". Dejó abierta la posibilidad de integrarse en la candidatura de Joan Ignasi Elena. Eso le evitaría tener que retratarse y dejar al descubierto los apoyos reales que tiene en el congreso. Ros considera que tiene más opciones en unas elecciones primarias abiertas a militantes, simpatizantes y votantes progresistas en general, que en un congreso donde los delegados han sido escogidos en sus agrupaciones bajo el control del aparato del partido.

Lo que está claro es que la dirección que salga del PSC incluirá todas las sensibilidades. Todos los candidatos han dicho que, gane quien gane, los otros tendrán abiertas las puertas de la ejecutiva, aunque lógicamente el núcleo duro estará formado por el ganador y los suyos. Nadie se imaginaba ayer que la votación sobre la ejecutiva que se celebrará mañana pueda salir con menos del 90% de los votos favorables.

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Sobre la firma

Miquel Noguer
Es director de la edición Cataluña de EL PAÍS, donde ha desarrollado la mayor parte de su carrera profesional. Licenciado en Periodismo por la Universidad Autónoma de Barcelona, ha trabajado en la redacción de Barcelona en Sociedad y Política, posición desde la que ha cubierto buena parte de los acontecimientos del proceso soberanista.

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