Salud vacuna a 800 granadinos por un brote de hepatitis A

La Consejería de Salud ha vacunado con urgencia a cerca de 800 residentes del barrio de Almanjáyar, en Granada, contra la hepatitis A después de que se detectara un brote de la enfermedad que, hasta el momento, ha afectado a siete niños de entre cuatro y diez años del barrio granadino.

Según se informó ayer desde Salud, los menores se recuperan sin problemas y no se han detectado casos nuevos de la enfermedad desde hace más de una semana. La Delegación de Salud da por controlado el brote, aunque el periodo de incubación de la dolencia impide que se descarte la aparición de más afectados.

El foco del brote se encuentra, según los técnicos, en un estanque de aguas residuales y en la acumulación de basura en la zona de Rey Badis. La hepatitis A es una enfermedad de origen vírico que suele estar relacionada con la falta de higiene y puede llegar a ser epidémica en zonas sin el tratamiento de aguas adecuado. Salud decidió vacunar a todos aquellos que hubieran tenido contacto tanto con la zona insalubre como con los enfermos.

Los técnicos creen que el origen está en las basuras y aguas residuales

Los primeros casos de la citada enfermedad se detectaron hace un mes en los centros de salud de Almanjáyar y Cartuja. Las autoridades sanitarias se pusieron entonces en marcha para informar a los vecinos de la zona y vacunar a cerca de 800 personas, según publicó en su edición de ayer el diario Ideal.

La Delegación de Salud y el Ayuntamiento de Granada han unido sus esfuerzos para buscar soluciones a la insalubridad de la zona y evitar así nuevos casos de enfermedades infecciosas.

Granada fue escenario también el pasado año de un brote de sarampión. Nada tienen que ver en condiciones los casos, pero Salud tuvo que actuar para vacunar a los niños de un colegio del Albaicín y alcanzar así la cobertura adecuada. La petición originó un conflicto entre aquellos padres que se negaban a inmunizar a los menores. Tras la insistencia de Salud, fue finalmente un juez el que ordenó, por primera vez en España, la vacunación forzosa para frenar el brote epidémico. Durante un mes los afectados aumentaron hasta unas 60 personas en la ciudad. El brote de sarampión arrancó en un colegio donde había un número de menores sin vacunar superior a la media.