Concluir la investigación a toda costa

El entorno de Baltasar Garzón y fuentes de la fiscalía coinciden en que al margen del resultado del interrogatorio de ayer y de los informes de los peritos, el instructor Manuel Marchena tiene ya decidido dictar auto de transformación en procedimiento abreviado e imputar formalmente a Garzón un delito de prevaricación y otro de cohecho. A partir de ahí, los querellantes podrán formular escrito de acusación y pedir la apertura del juicio.

Otra cosa es que Garzón llegue a ser juzgado por el Supremo por este asunto. Tras varios meses de pasividad instructora, y con los otros dos juicios a Garzón señalados para el 17 y el 24 de enero, Marchena pretende acelerar el final de la causa para remachar dos años de lenta y exhaustiva investigación con algún resultado tangible. Sin embargo, dando por descontada la condena e inhabilitación de Garzón en la causa por las escuchas Gürtel, en la causa por la investigación de los crímenes del franquismo, o en las dos, el caso por los patrocinios de Nueva York se iría a la jurisdicción ordinaria y sería otro tribunal, y no el Supremo, el que en su día juzgue esos supuestos delitos.

Marchena está convencido, y así lo ha expuesto en un escrito dirigido a las autoridades norteamericanas, de que Garzón utilizó su cargo de juez de la Audiencia Nacional para recabar financiación de bancos y empresas para los cursos jurídicos que impartió en Nueva York, "obteniendo una generosa aportación de dinero".