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Astilleros de la imagen

Unas 700 pymes y autónomos del sector audiovisual, con 1.275 empleados, dependen del presupuesto de la RTVA

Raúl Limón

En todos los sectores y en todas las autonomías hay una industria que apuntala un sector. Es la función de EADS con la industria aeronáutica, fue el caso de los astilleros y el sector metalúrgico en Sevilla y Cádiz o es la razón para la lucha por las factorías de automoción en otras regiones. En el sector audiovisual andaluz, este papel lo cumple la Radio Televisión de Andalucía (RTVA), que se ha situado en el punto de mira de los recortes. Los productores, que auguran un ERE en Canal Sur, afirman que sin el ente, no sobreviven. Un investigador de estas empresas apunta posibles salidas y defiende la existencia de las televisiones autonómicas. Los partidos garantizan su continuidad, pero con modelos diferentes.

Los productores prevén un ERE en Canal Sur, que el PSOE rechaza
El precio de los programas se ha reducido en un 30% por la crisis

David Fernández Quijada es doctor en Comunicación Audiovisual de la Universidad Autónoma de Barcelona y autor del estudio Producción independiente de televisión en Andalucía. Afirma que el sector mantiene una "alta dependencia de Canal Sur Televisión", que se ha convertido en un motor de la industria, tal y como se establece en su normativa, pero que también ha generado un "efecto perverso" común en el contexto español.

"En todas las televisiones hay un tejido industrial asociado y esto ha sido positivo. Pero ahora toca consolidarlo y dar el salto a la independencia", afirma desde Barcelona en conversación telefónica. A las televisiones públicas le toca, en su opinión, "reinterpretar su papel" porque el "proteccionismo ha impedido crecer, innovar y aumentar la calidad". Pero los caminos de esa independencia no son claros. "Muy pocas productoras son capaces de vender a las grandes cadenas y la TDT ha fragmentado la audiencia y obligado a abaratar el producto", advierte Fernández Quijada.

"La reducción de ingresos y, consecuentemente, presupuestaria de Canal Sur TV se ha traducido en una reducción del orden de un 30% del precio de los programas, lo que ha afectado seriamente a la fortaleza y la viabilidad de las productoras andaluzas y podría afectar a la calidad de la producción", admite Manuel Gómez Cardeña, presidente de la Asociación de Empresas de Producción Audiovisual y Productores Independientes de Andalucía (Aepaa-Apria).

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Sus asociados llevan un lustro intentando vender fuera -"salimos a todas las ferias", afirma Gómez Cardeña con gesto de impotencia- y comercializar nuevos formatos para móviles, tabletas y otros dispositivos de Internet, pero hoy por hoy, la clave de la supervivencia sigue siendo la televisión autonómica.

La RTVA, con unos 1.700 empleados, contará el próximo año con 219,6 millones de euros: 12,7 menos que este ejercicio, menos de la mitad de los 471,5 de la TV3 catalana y algo más que los 179 de la ETB vasca. El coste por andaluz difiere y va desde los 1,5 euros al mes que calcula la RTVA a los 10,3 euros que estiman las televisiones comerciales. De la Junta llegarán 122 millones de euros, 33 millones menos que en el presente año (un 22%), lo que supone la cuarta reducción consecutiva de la subvención.

Los productores afirman que, de este dinero, a ellos cada vez les llega menos porque el 43,8% de los ingresos se destina a pagar al personal de la RTVA y una reducción de las subvenciones, sin una disminución de la plantilla, sólo provoca una menor inversión.

Gómez Cardeña cree que, igual que ellos han llevado a cabo un duro ajuste -de las 697 empresas del sector, 350 no tienen asalariados y 250 tienen de uno a cinco-, la RTVA tendrá que afrontar una regulación de empleo. Y lo ven como una oportunidad si se aprovecha para definir un modelo que, de acuerdo con los principios fundacionales de la RTVA, apueste por la industria audiovisual y no destine la mayor parte de sus recursos a gastos generales. Los productores piden que ese modelo surja de un debate entre los implicados y se elabore cuando se haya "escuchado a la gente".

El PSOE no quiere ni oír hablar de regulación de empleo. "El modelo pasa por el que hay ahora y que está definido en el Estatuto", afirma tajante Miguel Ángel Vázquez, diputado socialista y exconsejero de la RTVA. "El modelo que proponemos es público y de gestión pública", añade Vázquez para contraponerlo con el que en su opinión defiende el Partido Popular, formación a la que acusa de tener "listas negras" de profesionales para una "caza de brujas".

El secretario general del Partido Popular, Antonio Sanz, ya ha asegurado que la RTVA es "intocable" porque está "protegida" por el Estatuto de Autonomía, pero ningún representante de este partido quiso replicar al PSOE ni explicar qué modelo propone o si cuenta con la posibilidad de aplicar un expediente de regulación de empleo a la plantilla.

Para el PSOE, esta actitud es "táctica" porque los populares, según Vázquez, "defienden la privatización" y la "jibarización" de un servicio público que, como la sanidad y la educación, tiene que prestarse con la mejor calidad y el menor coste.

El diputado socialista admite que la RTVA se ha tenido que acomodar a las circunstancias económicas, pero que no prescindirá de su papel de motor de "un sector estratégico que marca la diferencia y puede ser creador de empleo".

"Todos tienen que asumir su parte: la Junta tiene que buscar una subvención suficiente; la empresa, mejorar la gestión; y los trabajadores, dar el máximo para rentabilizar lo que hay", resume Vázquez.

Un laberinto con pocas salidas

El doctor en Comunicación Audiovisual de la Universidad Autónoma de Barcelona David Fernández Quijada identifica varios problemas en el sector audiovisual, que van desde su tamaño y atomización hasta los culturales.

Advierte que "no hay pastel para tanta gente" y considera necesario un proceso de "reorganización y racionalización". De esta crisis cree que surgirá, tras un proceso de "limpieza", un sector con más capacidad para competir.

Asegura que, culturalmente, los productos españoles tienen un problema con audiencias internacionales, que asumen Manhattan como un escenario habitual y no una ciudad española. Pero apunta que hay vetas, como el campo cultural, con personajes internacionalmente reconocidos, como Picasso, que tienen demanda.

También señala como un problema la falta de distribuidoras y los derechos, que suelen quedarse en la televisión que compra el producto e impide una segunda comercialización fuera. Otro inconveniente son los metrajes de los productos de ficción, que en otros países están ajustados a 60 minutos y en España rondan los 90.

Fernández Quijada es un firme defensor de las televisiones públicas y su función. En el caso andaluz, la RTVA tiene las misiones de cohesionar la comunidad, preservar y difundir el patrimonio cultural, informar con pluralidad y consolidar el sector audiovisual. Estos objetivos nunca van a ser asumidos por una entidad privada, advierte el profesor, quien añade que una televisión pública no tiene ni debe estar peor gestionada que una privada.

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Sobre la firma

Raúl Limón
Licenciado en Ciencias de la Información por la Universidad Complutense, máster en Periodismo Digital por la Universidad Autónoma de Madrid y con formación en EEUU, es redactor de la sección de Ciencia. Colabora en televisión, ha escrito dos libros (uno de ellos Premio Lorca) y fue distinguido con el galardón a la Difusión en la Era Digital.

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