Nekounam dicta sentencia

No importa que le obliguen a cambiar sus convicciones o que trate de rebelarse y volver a sus orígenes. No hay solución por el momento para un Betis sin confianza, perdido en un dramatismo descomunal que ha terminado por condenar a su técnico, Pepe Mel, tras cosechar ante Osasuna su novena derrota de la temporada y haber sumado solo un punto en los últimos diez partidos. La racha es la peor de la historia de la entidad andaluza en Primera División.

Obligado por la directiva del club, Mel no tuvo más remedio que claudicar para salvar momentáneamente el puesto y ceder a las presiones que le obligaron a alinear una defensa con tres centrales que terminó por condenarlo. El pesado anclaje defensivo del Betis limitaba su capacidad para superar en número a la cobertura rojilla, además de retrasarlo demasiados metros de la portería local. En un córner, Flaño remataba solo dentro del área y atenazaba aún más al atenazado Betis.

De nuevo con cuatro defensas, el Betis se sintió luego más libre, menos oprimido. Con la salida de Rubén Castro y Beñat, su movilidad provocó que Osasuna empezase a sudar. Liberado, Pereira pronto comenzó a pisar el área y no tardó en deshacerse de su marcador y ceder, raso, a Rubén Castro para que este solo tuviera que empujar el balón a la red.

No era más que el resultado de un amanecer tardío. De esos que se maldicen al echar la mirada atrás. Pero al Betis le sucedió lo mismo que al que se despierta adormilado y tiene cerca una mesa. Por mucho que trate de esquivarla, siempre aparece por medio. Y, visto que el dramatismo andaluz empieza a no tener fin, Nekounam, de un lanzamiento de falta en el descuento, terminó con el resurgir bético.

No parece ser una cuestión de sistemas ni de números. Mel los ha probado y no han surtido efecto. Puede que el de ayer fuera el último de su chistera. Hoy tiene prevista una reunión el consejo de administración del conjunto andaluz, quien ya ha contactado con varios entrenadores, uno de ellos Míchel.