Los líderes se ejercitan contra la crisis... y las grasas
De Sarkozy a Putin, los mandatarios se vuelcan en los deportes
Eche a volar su imaginación. Una mañana recibe, por azares de la vida, la llamada de su presidente del Gobierno. ¿Cómo se imagina a su interlocutor al otro lado de la línea? Sentado, con traje y corbata, quizá tomando café en una taza de porcelana. Ya puede borrar esa imagen de su cabeza. Si el mandatario es el viceprimer ministro británico, Nick Clegg, es muy posible que le esté hablando mientras se ejercita sudoroso, botella de agua en mano, en su recién instalada máquina de remo. Y es que, además del intelecto, los mandatarios también cultivan -cada vez más- la perfección corporal.
Clegg es el último que se ha apuntado a la vida sana. Adonis deportista en su juventud, el estrés le ha pasado factura. Quiere recuperar el tipo y ponerse en forma, dejando atrás la incipiente barriguita de los últimos tiempos, por lo que ha instalado nuevos aparatos en una sala apenas aprovechada, y la usa varias veces por semana. Además, según recoge el diario The Sunday Times, ha dejado de fumar sin ayuda de chicles ni terapias. La publicación también afirma que el primer ministro, David Cameron, suele salir a correr, pero prefiere guiarse por un entrenador personal, Matt Roberts, el mismo que hace sudar a Eva Longoria, Naomi Campbell o Tom Ford. Y un sudor bien caro: 25 sesiones con él cuestan unos 2.200 euros.
Cameron comparte entrenador con eva longoria y naomi campbell
Cameron fue fotografiado hace poco más de un año corriendo junto a Zapatero en la cumbre del G-20 celebrada en noviembre de 2010 en Seúl. Era habitual ver al todavía presidente del Gobierno español correr por los espacios cercanos a La Moncloa. Sin embargo, su sucesor se decanta por algo un poco más suave: prefiere caminar. Mariano Rajoy es aficionado al deporte, pero para verlo sentado, aunque le gusta pescar cuando descansa en Galicia. El día de reflexión y el de la jornada electoral salió a pasear por un parque cercano a su domicilio en Aravaca (Madrid) junto a su esposa, Elvira Fernández, una rutina que sigue de forma habitual desde hace meses: camina rápido entre 45 y 60 minutos al día. Al combinar el ejercicio con una dieta limitada, ha perdido peso visiblemente.
Al que también le gusta la pesca es a Vladímir Putin, que se ha dejado fotografiar más de un verano en busca del ejemplar perfecto prescindiendo de camiseta. Nada excepcional, tratándose del jefe de gobierno ruso. Practica con asiduidad natación (evidentemente, también a torso descubierto), equitación (se le ha visto montando a caballo sin parte de arriba) y esquí (en este caso algo más tapado). Además, ha hecho judo (es cinturón negro), boxeo o hockey. Y se fotografía cada vez que se viste de primer ministro deportista. Algo que le da credibilidad ante un pueblo ruso que se mofa de su presidente, Dmitri Medvédev, por su afición al bádminton.
Un poco más duro es Sarkozy, gran aficionado al ciclismo, que no deja de practicar ni en vacaciones. Este verano se le vio pedalear en la Costa Azul, correr y nadar en la playa junto a su esposa, Carla Bruni, embarazada entonces de seis meses. Ahora puede acompañarle el flamante primer ministro italiano, Mario Monti, también fan del pedaleo.
Los presidentes estadounidenses tratan de inculcar a sus ciudadanos la pasión por el deporte. Hubo una época, con el Gobierno de Jimmy Carter, donde había incluso pistas de tenis en la Casa Blanca, y hace unos años era habitual ver a Bush correr por la orilla del río Potomac, entre Georgetown y el Capitolio, por donde ahora trota la líder demócrata en el Congreso, Nancy Pelosi.
Barack Obama, menos aficionado a echarse a las calles con sus zapatillas, practica el baloncesto desde la universidad: para jugar prefiere a colegas, miembros de su equipo, mientras que deja el golf para batallar con sus contrincantes políticos. Para compensar tanta actividad física disfruta del baloncesto a pie de pista, viendo algún partido con un perrito caliente pringoso entre las manos, para disgusto de su esposa Michelle, cuya principal tarea es echar del terreno de juego a la comida basura.
Con información de Javier Casqueiro, Pilar Bonet y David Alandete.
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