"Este torneo es demasiado importante"
Juan Martín del Potro (Tandil, Argentina; 1988), atiende a EL PAÍS tres días antes de que comience la final de la Copa Davis, que hoy le verá enfrentarse a David Ferrer cuando ya se sepa el resultado del duelo Rafael Nadal-Juan Mónaco. El discípulo de Franco Davín está en una situación peculiar: busca el primer título para Argentina tras ser uno de los actores principales en la derrota sufrida ante España en la final de 2008 en Mar del Plata. Le espera, dice, "el mejor equipo de la historia sobre tierra batida". Difícilmente se dejará intimidar. Este tenista fue capaz de ganar un torneo grande, el Abierto de Estados Unidos en 2009, castigando a Nadal con su peor derrota en el Grand Slam (solo seis juegos sumados en las semifinales) y remontando luego al mismísimo Roger Federer en la final. En 2011 ha hecho algo todavía más complicado: auparse desde el número 485, al que se hundió por una lesión, hasta el 11. Por todo eso, no solo por sus 1,98 metros, es un temible gigante.
"Nadal es el mejor de siempre sobre tierra batida y Ferrer está casi a su nivel"
"Los argentinos nos sentimos en España como favoritos del público"
Pregunta. Está ante la segunda final de la Copa Davis de su carrera. ¿Con qué sueña por las noches?
Respuesta. Llegué tan cansado a Sevilla que no he tenido tiempo ni de soñar de noche. Si acaso, sueño con hacer un buen enfrentamiento, que es lo que queremos; con poner en peligro a España. Sabemos que tenemos esa oportunidad. Para Argentina ya ha sido un buen año en la Copa Davis después de eliminar a Serbia como visitantes y con Novak Djokovic en su equipo.
P. Defínase con una palabra.
R. ¡Es difícil! Alto.
P. ¿Y cómo jugador?
R. Agresivo.
P. ¿Qué es lo peor de enfrentarse a David Ferrer?
R. Todo. Rafael Nadal es el mejor de la historia sobre tierra batida y él está casi a su nivel.
P. Usted mide 1,98 metros y pesa 97 kilos. Solo el estadounidense John Isner, con 2,06, es más alto entre los 50 mejores del mundo. ¿Cómo afecta eso a su juego sobre tierra, la superficie que exige más piernas?
R. Prefiero las canchas rápidas. En ellas me siento mejor. Aprendí a jugar en polvo de ladrillo, así que tengo los principios. Lo que pasa es que me lleva un par de días más adaptarme que a otras superficies. A los altos como yo, correr nos cuesta, igual que los puntos largos. En cualquier caso, tengo buenos resultados sobre arcilla: llegué a las semifinales de Roland Garros en 2009 y jugué un partido muy apretado contra Roger Federer. Estoy bien preparado.
P. En la final de 2008 perdió un partido y no jugó otro por lesión tras llegar ya tocado de la Copa de Maestros, lo que levantó críticas en su propio banquillo. ¿Qué recuerda de aquello?
R. Los recuerdos de Mar del Plata no son lindos. De las cosas malas, en cualquier caso, se aprende. Pese al resultado de la final, 2008 fue un año bueno [llegó a la Copa de Maestros por primera vez]. Al año siguiente gané mi primer torneo del Grand Slam, el Abierto de Estados Unidos, y llegué a ser el número cuatro del mundo... Todas las finales son diferentes. Sabemos que no somos los favoritos de esta. No nos sentimos tan cómodos en esta superficie como nos sentiríamos en otra... Pero vamos a darlo todo. Vinimos semanas antes para prepararnos bien.
P. En España, la Copa Davis fue un sueño imposible para varias generaciones de tenistas. Ahora la selección suma cuatro en el siglo XXI. ¿Cómo de importante es para Argentina, que no la tiene y ya perdió tres finales, las de 1981, 2006 y 2008?
R. No puedo contar lo que significa tener esta Copa porque no la tengo, pero es un trofeo importante. Demasiado, tal vez, en Argentina precisamente porque nunca se ganó. Tiene una gran dimensión.
P. ¿Qué ha cambiado respecto a 2008 la incorporación de Tito Vázquez como seleccionador?
R. No mucho. De aquel equipo de Mar del Plata seguimos únicamente [David] Nalbandian y yo. Acá es fácil saber lo que tenemos que hacer: sumar para el equipo, formar un grupo fuerte en el que seamos conscientes de que podemos jugar cualquier punto.
P. El público de Mar del Plata destacó por su intensidad, su fuerza y sus cánticos. ¿Qué espera del español?
R. Espero algo parecido. El público español es muy respetuoso. En Valencia, hace dos o tres semanas, jugué por primera vez y me trató con gran cariño, como cuando voy a jugar el torneo de Madrid. En España, los argentinos nos sentimos como favoritos del público, como si quisieran que ganáramos los sudamericanos después de los españoles. Sabemos que sentiremos mucho ánimo para España, pero con respeto, como en Mar del Plata.
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