Vázquez defiende los resultados del BNG y ofrece su cargo a la dirección
Los nacionalistas abren el debate ante el proceso asambleario que terminará en enero
Las disputas internas en el BNG se han trasladado ahora a la lectura de los números electorales del domingo. Conservar los dos diputados, y un porcentaje de voto prácticamente similar al de 2008, son "un buen resultado", la última oportunidad para afrontar la "refundación" o unas cifras discretas con las que el Bloque no se beneficia de la debacle socialista.
Depende de a qué fracción se pregunte. La dirección, sin embargo, ofreció ayer su valoración colegiada y en ella no cabe duda: "Si antes del 20-N mantener los dos escaños era un buen resultado, después del 20-N también es un buen resultado". Jorquera y Davila, según Guillerme Vázquez, "defenderán a Galicia en el Congreso, a la mayoría social y se enfrentarán a las políticas de la derecha".
"No dimito ni abandono el barco, pero no quiero ser obstáculo", declaró
Las 183.000 papeletas y el 11,25% de respaldo al nacionalismo sitúan a la organización, siempre según la Executiva Nacional que se reunió el lunes, en una liga diferente, más arriba, a la de Esquerra Republicana o Izquierda Unida. "Esquerra ha conseguido un 7,06% de voto e Izquierda Unida, con un 8,94% por Madrid, alcanza tres diputados", recordó el líder del Bloque. Con esa cartografía electoral respondió a los reproches que, hasta ahora, solo Xosé Manuel Beiras ha hecho públicos y en los que afeaba al BNG no haber conseguido capitalizar la desbandada de votantes del PSOE, a diferencia de otras formaciones de izquierdas.
Pero en todo caso, y una vez salvados los muebles -la expresión prende en los círculos nacionalistas-, lo que de verdad parece dirimirse en la lucha por el sentido de los sufragios del 20-N son las posiciones de salida en la carrera hacia la Asemblea Nacional de enero. Y Guillerme Vázquez así lo dio a entender: el sábado pondrá a disposición del Consello Nacional -máximo órgano entre asambleas- su puesto de portavoz nacional. "No dimito ni abandono el barco", se explicó, "pero no quiero ser ningún obstáculo ni quiero coartar ninguna decisión". Esa declaración no significa que Vázquez deje inmediatamente de ejercer sus funciones, pero de alguna manera abre el proceso asambleario en el que los nacionalistas elegirán líder y candidato a la Xunta. Solo la diputada Teresa Táboas intervino después. Fue para instar a toda la Executiva Nacional a seguir el ejemplo del portavoz y "reorientar el Bloque".
No fue el único mensaje sobre las tensiones intestinas de la organización. Sobre los avisos que el lunes sembró el Encontro Irmandiño -si el BNG no se refunda en enero, se marchan- Vázquez afirmó que él nunca ha descalificado a sus compañeros. "Cuando se le pierde el respeto a los compañeros, se pierde el respeto a uno mismo", puntualizó . Y aunque, dijo, no quiso entrar a ese trapo, sí hizo memoria y habló de cómo había defendido "el abrazo entusiástico" de Beiras a Manuel Fraga en 2002.
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