Tres ladrones retienen y obligan a un director de banco a que les abra la caja
Los atracadores encañonaron a la víctima desde su casa a la oficina en Sevilla
Tres ladrones con un plan perfecto sobre el papel y ejecutado con precisión y eficacia. Este es el panorama al que se enfrentan los policías encargados de la investigación del atraco, a primera hora de la mañana de ayer, a una sucursal del Banco Santander en el barrio sevillano del Cerro del Águila. Por el momento, no se sabe cuánto se llevaron pero sí cómo se hicieron con el dinero depositado en la caja fuerte de la sucursal de la calle Afán de Rivera: esperaron al director de la oficina a la puerta de su casa, le encañona-ron con sus pistolas y le obligaron a que les condujera en su propio coche hasta la sucursal bancaria y, una vez allí, le hicieron abrir la caja, cogieron el dinero y se fueron a toda velocidad en un automóvil que les esperaba a la puerta.
La pulcritud en la ejecución del robo llama la atención de los investigadores
Los investigadores están seguros de que los ladrones llevaban bastante tiempo preparando este golpe. La limpieza y rapidez con la que se hizo todo no deja lugar a dudas. Los atracadores se sabían los horarios y costumbres del director de la sucursal, así como las de los demás trabajadores de la oficina.
Sobre las siete de la mañana, el director de la oficina salía del portal de su casa. En la calle le esperaban dos personas con la cara cubierta y con armas en la mano. Como, afortunadamente, no hubo disparos ni en ese momento ni en el resto del proceso del atraco, los investigadores policiales no pueden asegurar si lo que llevaban los atracadores eran armas reales o réplicas. Los ladrones forzaron a su víctima a que les condujera a su automóvil, en el que se montaron, y le obligaron a llevarles hasta la oficina bancaria.
Siempre bajo la amenaza de las pistolas de los ladrones, el director de la sucursal abrió la puerta de la oficina y después la de la caja fuerte. Estos cogieron el dinero que había en el interior de la misma y salieron a la calle en donde les esperaba una tercera persona al volante de un automóvil en el que huyeron cuando ya sonaba la alarma. En total, y según fuentes cercanas a la investigación, algo menos de media hora. La policía cree ahora que este tercer participante en el robo siguió por las calles de la ciudad al coche en el que iban el director de la sucursal bancaria y los dos hombres que le amenazaban y le retenían.
Aunque no se haya hecho pública la cantidad que pudieran haberse llevado los atracadores, fuentes cercanas al caso la cifran entre 50.000 y 60.000 euros.
La pulcritud y la eficacia con la que se ejecutó el robo es una de las circunstancias que más ha llamado la atención de los investigadores policiales. Paradójicamente, este hecho también puede ser uno de los elementos clave a la hora de resolver el caso, pues una ejecución tan notable podría reducir significativamente el número de posibles sospechosos.
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