Griñán pide unidad para 'salvar' la Junta
"Los resultados del 20-N son una base sólida para afrontar las andaluzas", dice - El presidente andaluz no aclara si apoya a Rubalcaba para liderar el PSOE
El PSOE de Andalucía casi presumió ayer de haber sacado los resultados menos malos de toda España, que son, por otra parte, los peores de su historia. Se ha propuesto convencer a los suyos de que no hay que dar la batalla por perdida con vistas a las autonómicas de marzo, de que pueden ganar las elecciones autonómicas y que en estos cuatro meses es posible remontar. Ese es el estado de ánimo que quieren trasladar a sus militantes y, sobre todo, a sus cuadros orgánicos para que no bajen los brazos cuando en la próxima primavera se jueguen el ser o no ser.
La lectura que hizo ayer el secretario general del PSOE andaluz, José Antonio Griñán, de los datos obtenidos por el PSOE de Andalucía en las elecciones generales del pasado domingo es que hay una "base sólida para afrontar con éxito las elecciones andaluzas", pese a no tener "unos buenos resultados". El dato objetivo es que el PSOE ha perdido 751.000 votos y 11 diputados, ha perdido también en siete de las ocho provincias y que la distancia que le saca el PP es de nueve puntos, dos más que en las elecciones municipales del 22 de mayo. Una extrapolación matemática de estos resultados a las autonómicas daría la mayoría absoluta al PP con 58 escaños (ver página siguiente), aunque este análisis no se hizo ayer durante la reunión de la ejecutiva.
San Vicente redacta un manifiesto para escenificar la cohesión interna
Estos datos son un desastre para el PSOE andaluz, pero en comparación con los obtenidos en el resto de España, donde el PSOE perdió por casi 16 puntos, y con lo que vaticinaban las encuestas lo son menos, según Griñán. "Somos los que hemos aguantado mejor con diferencia", afirmó ayer. Todo el mensaje de Griñán estuvo dirigido a intentar convencer de que la distancia lograda por el PP es "perfectamente absorbible y superable". Es decir, en trasladar a todos, pero sobre todo a los suyos, de que hay partido por jugar y que no es solo el PSOE andaluz el que se la juega. "La pieza clave de la recuperación del voto socialista está en marzo y en Andalucía", señaló.
Con este discurso, lo que Griñán está reclamando también es la unidad interna y tapar las voces de los posibles disidentes internos. Unidad es lo que reclamó en la reunión que mantuvo con los secretarios generales provinciales en un almuerzo tras la celebración de la ejecutiva. Para escenificar el cierre de filas que reclama, Griñán ha convocado para el domingo a todos los miembros de la ejecutiva regional, a los secretarios provinciales y a los representantes andaluces en la dirección federal, es decir, a Manuel Chaves y a Gaspar Zarrías, para firmar un manifiesto "de futuro", es decir, de ir cohesionados tanto en el congreso federal de febrero como en las elecciones autonómicas. Se trata de dar una imagen de todas a una.
En esa reunión, los secretarios generales de Huelva, Mario Jiménez; de Cádiz, Francisco González Cabaña, y de Jaén, Francisco Reyes, pidieron respeto de la dirección andaluza a las decisiones de las ejecutivas provinciales, una manera de pedir a San Vicente que no agite los patios locales.
Griñán hizo una encendida defensa de Alfredo Pérez Rubalcaba, como horas antes, ante la prensa. Cree que debe ser el que lleve el debate de investidura y el portavoz del grupo parlamentario, pero cuando un secretario provincial le preguntó si eso significaba que debe ser secretario general en sustitución de Zapatero, Griñán no lo aclaró porque considera que el asunto, por ahora, no esta encima de la mesa. Algunos interpretaron esta prudencia no tanto a que no vea a Rubalcaba como una solución para pilotar la transición en el PSOE, como una manera de esgrimir su fuerza -el peso de Andalucía en el congreso ronda el 25%- con vistas a la composición de la futura ejecutiva federal.
Todavía es muy pronto para saber si Andalucía irá unida a ese decisivo cónclave, en otras cosas, porque ningún aspirante ha salido a la palestra. No obstante, los secretarios provinciales apoyarían la solución de Pérez Rubalcaba más que otras opciones, como la hipotética de Carme Chacón.
La situación tan delicada del PSOE no aventura que aparezcan tensiones internas "relevantes", como las adjetivó ayer Griñán, siempre que no se produzcan inmersiones de la ejecutiva regional en las direcciones provinciales más críticas con el griñanismo. El PSOE está tan fuera del poder que hay intereses comunes para mantener la Junta, aunque sea pactando con Izquierda Unida. Y tras las elecciones andaluzas, ya vendrán los congresos regional y provinciales para ajustar cuentas. "Todos los dirigentes estamos fuera del avión, en el aire, cogidos de la mano y esperando que se abra el paracaídas de Griñán", describe un dirigente provincial.
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