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Crónica:OSASUNA 0 - RAYO VALLECANO 0 | FÚTBOL | 13ª jornada de Liga
Crónica
Texto informativo con interpretación

Un partido hueco

El Rayo malgasta una primera parte razonable y Osasuna una segunda visceral

Hay partidos que se definen emocionalmente por el error y el cansancio, dos argumentos del guion que mantienen vivo el espectáculo momentáneo sin que el respetable atienda a nada más que el desenlace, sin dar importancia a la presentación y al nudo. Teatro pasional como el que escenificaron ayer Osasuna y Rayo acumulando pases erróneos, despejes insospechados y pérdidas inauditas que, al ser compartidas, añadían tanta emoción como hastío.

El Rayo apelaba a su concepción del espacio, de ocupar el campo como se ocupa una pequeña plaza, y lo hizo bien en los primeros 45 minutos. Movilla y Michu se engarzaban con inteligencia, lo que permitía habilitar las correrías de Piti y sobre todo de Lass, que fue capaz de hundir a los dos laterales con su cambio de posición. No fue un asedio, pero, por momentos, lo habría parecido si no hubiera sido porque la carabina tenía el punto de mira revirado y las oportunidades del Rayo fueron sucumbiendo por falta de puntería.

OSASUNA 0 - RAYO VALLECANO 0

Osasuna: Andrés Fernández; Damià, Rubén, Miguel Flaño, Raitala; Puñal, Nekounam (Timor, m. 79), Raúl García (lamah, m. 67); Cejudo, Nino (Kiko Sola, m. 84) e Ibrahima. No utilizados: Riesgo, Echaide, Annunciata y Lolo.

Rayo Vallecano: Cobeño; Tito, Arribas, Jordi, Casado; Movilla (Rafa García, m. 84), Javi Fuego; Lass, Michu, Piti (Botelho, m. 67); y Delibasic (Tamudo, m. 61). No utilizados: Dani, Labaka, Trashorras y Dani Pacheco.

Árbitro: Iglesias Villanueva. Amonestó a Arribas, Jordi, Casado, Javi Fuego, Michu, Miguel Flaño y Timor.

15.270 espectadores en el Reyno Navarra.

Hubo partido mientras duró el pequeño toque del Rayo. Toque sin éxito, toque estadístico, toque moral. De esos que te hacen acreedor al éxito, pero puedes pasar de acreedor a deudor en unos instantes. El Rayo jugaba y Osasuna no, pero el resultado era y fue el mismo. Delibasic se perdió en batallas huecas y Nino pidió catalejos para ver a sus compañeros. Por el medio, barullo, mucho barullo. Y luego, nada.

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