El tute de Messi
El barcelonista suma 23 partidos enteros de los 24 que ha disputado en lo que va de curso
Higuaín terminó de jugar con Argentina el partido contra Colombia de la fase clasificatoria para el Mundial de Brasil 2014 y, sin margen casi para ducharse, salió zumbando hacia el aeropuerto de Barranquilla. Le esperaba en la pista un avión privado que le llevó a Bogotá para subirse al vuelo regular de Iberia que le trasladó a Madrid. Tras 15 horas de viaje, El Pipita llegó el miércoles a Valdebebas a tiempo de ejercitarse con el Madrid.
Messi jugó el mismo partido y, tras 20 horas de vuelo, llegó casi un día después a Barcelona. "Fue muy duro", dijo sobre el encuentro; "quedamos todos muertos porque el calor era horrible, pero jugamos como si fuera una final porque el objetivo era ganar". El partido se jugó a 37 grados de temperatura y con un 80% de humedad relativa. Contra Colombia, La Pulga marcó un gol, participó en la jugada del segundo y se llevó unas cuantas patadas -fue determinante", reconoció Sabella, el seleccionador- y se quedó a dormir en Barranquilla.
Solo fue sustituido en cuatro de los 36 últimos encuentros de Argentina
Regresó a España desde Colombia casi un día después que su compatriota Higuaín
El Barça planteó a Messi la posibilidad de volar directamente de Barranquilla a Miami, casi tres horas en el cielo, pero aconsejándole que usara el plan B: dormir en Colombia. Así que, terminado el partido, sin prisas, se hidrató, recibió un masaje de las manos de Juanjo Brau, el fisioterapeuta del club azulgrana que le acompaña en todos sus desplazamientos con su selección; cenó y durmió ocho horas. En la mañana siguiente al exigente duelo con los colombianos voló en primera clase a Miami y de allí a Madrid.
"Si nos hubiera pedido un cohete, le habríamos puesto un cohete a su servicio", reconocieron ayer fuentes del Barcelona. Pero Messi viajó en avión, de Barranquilla a Miami, acompañado de Lavezzi (Nápoles), Agüero y Zabaleta (Manchester City), Sosa (Metalist) y Mascherano. Desde allí, junto a este último, se fue a Barcelona. Llegaron al Prat a las once de la mañana, una hora más tarde de lo previsto, porque perdieron el enlace en Barajas. Desde el aeropuerto, directamente, se trasladaron a Sant Joan Despí, donde se ejercitaron suavemente. Por la tarde, aterrizó el chileno Alexis Sánchez. El Barça volverá a reunirse hoy para preparar el partido contra el Zaragoza en el que no participará Adriano, lesionado con Brasil.
Adriano se lastimó en Catar, contra Gabón, y los médicos del club, que le examinaron ayer, le han diagnosticado una pequeña rotura fibrilar en el bíceps femoral de la pierna izquierda. Los galenos apuntaron que tiene para 10 días de baja. Así que se perderá el partido contra el Zaragoza y el encuentro de la Champions ante el Milan del próximo martes mientras queda por verse si llega a tiempo de jugar contra el Getafe
El tute que Messi lleva es considerable. Desde el 14 de agosto, cuando empezó el curso en el estadio Bernabéu jugando la ida de la Supercopa española contra el Madrid, el argentino ha disputado los 90 minutos de 23 de los 24 partidos que le ha ofrecido el calendario.
Messi solo ha sido suplente en una cita en lo que va de temporada, en San Sebastián, contra la Real Sociedad, aunque terminó saltando al césped en la segunda parte. En los 23 encuentros completos jugados por el delantero se incluyen seis disputados con Argentina, entre ellos dos amistosos en India y Bangladesh. Ahora Messi ya no volverá a jugar con su selección hasta el 29 de febrero, en Berna (Suiza), frente a un rival que en estos momentos todavía está por confirmarse. De hecho, La Pulga ha sido titular en los últimos 36 encuentros del conjunto albiceleste y fue sustituido en cuatro de ellos.
"¿Qué tal, Leo?", le pregunta Pep Guardiola cuando regresa a casa como hace con el resto de los jugadores que sufren la diáspora de las fechas FIFA. Y Messi, en el peor de los casos, le dice que alguno de los muchos golpes recibidos le ha dejado secuelas. Entonces le toca cumplir el protocolo en el gimnasio y una visita a la camilla, en la que Brau hará de las suyas, mezcla de tratamiento quiropráctico y psicológico, hasta soltarlo convencido de que ya no le duele nada.
En el mejor de los supuestos, Leo responde a Guardiola: "Todo bien". Entonces sale a entrenarse con total normalidad, como si nada. "Es más fuerte de lo que parece. Si juega tanto es por su fortaleza física y mental y, básicamente, porque se cuida, porque vive para el fútbol", suele explicar el técnico azulgrana. De hecho, solo le aventaja Valdés en las cuentas de los minutos jugados desde que empezó el campeonato de Liga (990 el portero por 927 el delantero).
En consecuencia, todo indica que Messi volverá mañana a asomar en el once titular del Barcelona, esta vez contra el Zaragoza. Al menos, ese es el hábito al que ha acostumbrado a Guardiola y sus compañeros. "Debería jugar siempre. Es un jugador que marca las diferencias", aseguró Thiago Alcántara el miércoles pasado al referirse a la gran estrella argentina.
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