La CNMV requerirá al Banco de Valencia el cierre de septiembre

"La prórroga para la entrega de los resultados trimestrales de las sociedades que cotizan en Bolsa no está prevista". Un portavoz de la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV) zanjó con una escueta alusión a la normativa la situación creada el martes por el Banco de Valencia. El plazo legal para presentar a la CNMV el cierre contable del trimestre vence 45 días después sin excepciones. El Banco de Valencia debía haber presentado sus cuentas el martes 15 de noviembre antes de medianoche. Pero no lo hizo. Ni siquiera remitió un hecho relevante al supervisor del mercado. Un portavoz de la entidad explicó que el Banco de Valencia había solicitado "una prórroga" para culminar los trabajos para calibrar el volumen de la ampliación de capital que debe acometer antes de fin de año y reequilibrar su balance. El plan de saneamiento previsto por la entidad se incorporaría a la notificación.

BFA, titular del 28% del Banco de Valencia, celebra consejo el lunes

Pero la CNMV no contempla prórrogas. El mismo portavoz del supervisor del mercado explicó que "se requerirá al Banco de Valencia para que presente sus resultados trimestrales".

Un portavoz de la entidad financiera defendió ayer el rigor y los argumentos de la comunicación remitida a la CNMV. Aseguró que el Banco de Valencia todavía no ha recibido ningún requerimiento y descartó que el supervisor del mercado amoneste o imponga algún tipo de sanción a la entidad precisamente por la solicitud de prórroga.

La norma prevé un plazo máximo de 10 días para resolver las notificaciones entre el órgano supervisor del mercado y la sociedad cotizada, pero cualquier comunicación entre las partes queda restringida al público porque es controlada directamente por el departamento de supervisión de la CNMV.

El Banco de Valencia reveló hace apenas una semana que era objeto de una "inspección rutinaria" del Banco de España y que necesita acometer una ampliación de capital.

La inspección del banco regulador no es nueva. Se prolonga desde hace un año, según fuentes del mercado, y afloró los primeros problemas de solvencia de la entidad en el primer trimestre de 2011. Las mismas fuentes sugieren que las necesidades de capital del Banco de Valencia rondan los 800 millones de euros. Otros elevan esa cifra. Los activos problemáticos acumulados por una excesiva exposición al sector del ladrillo rozan los 4.000 millones, casi un 20% del total de activos considerados en el balance.

La solicitud de una prórroga a la CNMV para explicitar las necesidades reales de capital de la entidad viene precedida por las recientes renuncias de José Luis Olivas y Domingo Parra como presidente y consejero delegado del Banco de Valencia. Parra fue consejero delegado del banco desde 1994 y está retirado temporalmente por motivos de salud. Olivas ha presidido el Banco de Valencia desde 2004 en calidad de presidente de Bancaja, el máximo accionista del banco con un 38% de su capital. También es vicepresidente del Banco Financiero y de Ahorros (BFA), matriz de Bankia, el banco que comparten Caja Madrid, Bancaja y otras cinco cajas menores. BFA, a su vez, es titular de un 28% del Banco de Valencia cedido por Bancaja.

Los problemas en el seno del Banco de Valencia han desatado una tormenta en el seno de Bankia. Rodrigo Rato, presidente de BFA, ya se había deshecho de Aurelio Izquierdo, exdirector general de Bancaja, como número tres de Bankia.

Izquierdo es precisamente el hombre que ha relevado tanto a Olivas como a Parra en el actual organigrama del Banco de Valencia.

Todo apunta a que Rodrigo Rato quisiera vender el histórico banco valenciano para hacer caja y mejorar la solvencia de Bankia, una de las entidades sistémicas del entramado financiero español. El Banco de Valencia esquivó las pruebas de resistencia que evaluaron a todos los bancos y cajas de España en julio pasado porque por entonces consolidaba sus cuentas con BFA. Pero las cosas han cambiado. Ahora es sometido a escrutinio como una entidad independiente y objeto de mercado.

El lunes, BFA celebra un consejo que será decisivo para el futuro del Banco de Valencia.