Castellano creará un 'banco malo' para gestionar los activos tóxicos
Novagalicia Banco funcionará con una marca distinta fuera de Galicia
La estrategia consiste en organizar la casa y, además, limpiarla. El presidente de Novagalicia Banco, José María Castellano, y su consejero delegado, César González Bueno, presentaron hoy la nueva estructura de la entidad, propiedad del Estado en un 93%, para afrontar el futuro. Una nueva unidad, llamada "de gestión de activos singulares" (simplificando, un banco malo), aglutinará todos los activos problemáticos como pisos, suelo o activos no estratégicos, para darles salida "de forma ordenada". Lo que no quisieron decir los gestores de la entidad es el peso de todos los activos tóxicos. El cambio estratégico viene motivado, según Castellano, porque "esos activos estaban muy repartidos, digamos que lo hacemos desde el punto de vista de la gestión".
La estructura presentada esta mañana a los sindicatos y a la prensa incluye la reorganización de 1.600 puestos de trabajo, desde mandos altos hasta la base. De cara a los clientes, el banco se desdoblará en dos marcas: Novagalicia Banco para Galicia, Asturias y León, donde tiene el 42% de cuota de mercado, "la mayor de cualquier entidad en una comunidad en España", y otra, NCG, para el resto del mercado nacional, donde se cerrarán más oficinas y se avanzará en el modelo de "banca mixta", profundizando en la banca electrónica con el apoyo de oficinas, "pero no una en cada esquina". La parte gallega tendrá como director a Juan Díaz Arnau, exdirector del área comercial de Caixanova. El responsable de los activos problemáticos será Francisco Zamorano, antes director de riesgos de Caixa Galicia.
En cuanto a la entrada de inversores privados, los gestores fueron prudentes: los institucionales (fondos de Estados Unidos y empresarios mexicanos fundamentalmente), "están esperando para saber la política del Gobierno y que se despejen las incertidumbres en Europa". Entre líneas, que no concretarán sus compromisos antes de 2012. Los inversores gallegos sí estarían dispuestos a acceder al capital en la primera ventana de inversores establecida en acuerdo con el fondo de rescate (FROB). En cuanto a la caja, Castellano aseguró que están muy comprometidos "con el mantenimiento de la obra social". Para ello comprarán por un precio todavía no decidido la colección pictórica de la antigua Caixanova "para que ingrese los recursos necesarios para mantener la labor asistencial". A cambio, la caja elevará su participación en el banco.
Sobre las indemnizaciones multimillonarias a cuatro exdirectivos que provocaron el escándalo, Castellano se limitó a decir que siguen negociando con tres de ellos. Aunque defendió que los contratos "fueron completamente legales", reconoció un importante daño para la reputación del banco. "Hay buena disposición para llegar a un acuerdo", aseguró.
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