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Reportaje:Empresas & sectores

Apuesta por un país que crece

Un encuentro organizado por EL PAÍS y el diario 'El Caribe' destaca el atractivo para el inversor de la economía de República Dominicana

La mejora del clima de negocios para la inversión, la reformulación del modelo económico dominicano, su reenfoque para que la generación de riqueza genere desarrollo social en términos de equidad para reducir la pobreza y la desigualdad y la posibilidad de que empresas dominicanas se conviertan en inversores en otros países fueron algunos de los temas destacados que abordaron los conferenciantes y panelistas de la primera edición de Encuentros El Caribe-El PAÍS, celebrado el pasado jueves en Santo Domingo con el tema Invertir en la República Dominicana, cuyo cierre estuvo a cargo del presidente del país, Leonel Fernández.

Con una asistencia de alrededor de 300 personas entre empresarios, diplomáticos y autoridades, la jornada comenzó con una conferencia del ministro de Economía, Temístocles Montás. Sus palabras se centraron en destacar el crecimiento económico que ha tenido la República Dominicana en los últimos años y los ejes que deben trabajarse para mantener esa tendencia en el futuro. El ministro destacó el aguante mostrado históricamente por República Dominicana frente a las crisis. "Nos afectan, pero nos recuperamos pronto", dijo para inmediatamente subrayar que su país es el que más ha crecido en América Latina. "Absorbemos rápidamente y con capacidad los cambios que se producen".

La inversión extranjera rondará este año los 2.500 millones de dólares

Entre los puntos de su enfoque estuvo el de la diversificación de la canasta de exportaciones en los últimos años. En uno de los paneles posteriores, el director del Centro de Inversiones y Exportaciones de la República Dominicana, Eddy Martínez, cifró en 3.000 los diferentes tipos de productos y servicios. También mencionó el ministro la gran apertura a los mercados y la identificación del ahorro externo como una de las bases del crecimiento, algo para lo que pidió un cambio hacia el fomento del ahorro doméstico para la inversión.

"Ese crecimiento ha sido facilitado por nuestra apertura financiera, cuyo nivel es el segundo más alto de la región", dijo el ministro Montás. Luego, reiteró la importancia de generar ahorro interno, tanto público como privado, como motor que sostenga el alto crecimiento, equivalente a un promedio anual del 5% en los últimos 30 años. "Tenemos el mayor grado de concentración en términos de socios comerciales que, junto a nuestra gran apertura al comercio y flujo de capitales, nos convierte en altamente sensibles en caso de choques externos", dijo el ministro. Por eso justificó la importancia del factor estabilidad macroeconómica "constante, como garantía de credibilidad para las inversiones y los mercados".

En la parte final de su intervención, apareció el tema social, de debate últimamente entre las autoridades, la oposición y los movimientos y organizaciones sociales. "Estamos en un momento de inflexión, sobre todo, en cómo la población concibe el futuro del país. Aspira a un crecimiento económico equitativo, cohesionado socialmente y respetuoso medioambientalmente, con una mejora de la institucionalidad, con transparencia y participación, un mayor aprovechamiento de la producción, con inversión extranjera directa que también apoye el desarrollo a partir de la responsabilidad social empresarial y el apoyo a capacidades productivas nacionales". La intervención del ministro dio paso a la primera de las mesas de diálogo, sobre turismo, uno de los principales motores de la economía dominicana. Se abordó desde una doble óptica. En términos generales, Carlos Vogeler, Simón Pedro Barceló y Frank Rainieri, los panelistas moderados por José Manuel Calvo, subdirector de EL PAÍS, hablaron de un sector que trabaja con personas y, por tanto, es cambiante y se tiene que reinventar para atraer a los turistas. Se refirieron también a la democratización del turismo en tanto en cuanto la clase media lo ha adoptado como parte de su práctica habitual. En cifras, Vogeler, representante para América Latina de la Organización Mundial del Turismo (OMT), afirmó que en 2010 se había recuperado lo perdido en 2009 por la crisis. El mundo, según Vogeler, registró 940 millones de llegadas internacionales y cerca de 920.000 millones de dólares en ingresos, sin contar el transporte internacional y los viajes nacionales. En 2011 se crece a una tasa del 4,5%.

Este porcentaje va a mermar de cara a los próximos 20 años de acuerdo a los estudios revisados por la OMT, para quedarse en el 3,3%. "Crecemos menos en porcentaje, pero habrá más de 50 millones de turistas nuevos. En 20 años creemos que tendremos 7.000 millones, sumando internos y externos. Y todo esto contribuye a la exportación de ideas, de culturas,... Hay un efecto social del turismo, no solo económico", apuntó Vogeler para luego decir que el 70% de los desplazamientos se dan en zonas cercanas al lugar de residencia del viajero. "Y con el paso del tiempo serán más exigentes", algo que implica reinventarse permanentemente, "agudizar mucho más el ingenio y luchar contra las resistencias".

Frank Rainieri, presidente de Grupo Punta Cana y pionero del turismo del país, basó sus intervenciones en destacar al sector como principal motor de la economía mundial, resaltar que se trata de una "industria globalizada", apostar por la creatividad para diversificar la oferta y tener olfato para saber encontrar los nuevos nichos de mercado. "En Punta Cana tenemos una invasión de rusos", dijo, a la vez que provocaba la sonrisa de la audiencia.

Es algo que habla bien de un país en el que Hoteles Barceló comenzó sus operaciones hace 25 años. Simón Pedro Barceló, su presidente, tiró de experiencia para resaltar el liderazgo de República Dominicana en materia turística y la capacidad que ha tenido, precisamente, de renovarse, diversificarse y atraer nuevos mercados. "También hemos mejorado, y seguimos mejorando, las infraestructuras, con más vías de comunicación, pero trabajamos con costes energéticos altos y debemos enfocarnos en garantizar llegadas en otra época que no sea invierno, crear demanda en temporada baja", dijo el ejecutivo español.

Rainieri aprovechó para señalar que no son privilegios ni incentivos lo que pide el sector dominicano, "sino condiciones que nos permitan competir. No podemos tener impuestos más altos que nuestra competencia. Ni combustibles más caros que los países de la región porque eso encarece los vuelos. Esa realidad nos obliga a bajar nuestras tarifas y, a su vez, la calidad. Hay que crecer en cantidad, pero también en calidad", dijo quien ve que República Dominicana debe convertirse en el destino líder del Caribe. Barceló sumó otra idea: la internacionalización de las empresas turísticas dominicanas. "Hay capacidad competitiva por el conocimiento y experiencia acumulados a los largo de los años".

El segundo y último panel de la jornada se centró en analizar cómo evolucionar hacia una economía sostenible en un país cuyos recursos naturales y humanos son de sus principales activos. Eddy Martínez, director ejecutivo del Centro de Inversiones y Exportaciones (CEI-RD), planteó la necesidad de seguir creciendo "sanamente" y mantener un clima de negocios acorde "con una economía que está en transición". De acuerdo a sus cifras, a principios de los noventa llegaron capitales extranjeros por unos 200 millones de dólares al año. Subieron a 500 con la promulgación de la Ley de Inversión Extranjera en 1995. "De 2000 a 2004 se elevó a unos 800 millones y diversificó. Y en los últimos siete años hemos acumulado más de 12.000 millones. Este año probablemente se superen los 2.500 millones. Y no solo es cantidad, sino también calidad de proyectos y empresas".

Martínez también habló de las aspiraciones de República Dominicana en términos de inversión extranjera hacia futuro. "Nos planteamos multiplicarla por 10 en una década", apelando a la diversificación económica de una nación que tiene que trabajar en el posicionamiento de su marca-país. Potenciar el mercado exportador está en los planes de las autoridades. "Si sumamos exportaciones de servicios y de productos, nos dan 11.000 millones de dólares en la actualidad. Duplicar eso en ocho años es posible, y nos quedamos cortos. Estamos exportando 300 millones de dólares en servicios de telecomunicaciones. Llevarlo a 1.000 millones a 2015 es posible", dijo el director del CEI-RD.

Junto a él, participaron en la mesa de diálogo altos cargos de tres empresas extranjeras con inversiones en tres renglones fundamentales de la economía. Juvenalito Gusmao, director del proyecto Autopista del Coral, que construye la brasileña Odebrecht y que ayudará a reducir ostensiblemente el tiempo de desplazamiento entre Santo Domingo, la capital, y Punta Cana, en el Este, planteó que para que la economía dominicana sea sostenible "debe mejorar la calidad de vida de la población, mejorar la competitividad... Estamos haciendo una gran obra que va a provocar un gran cambio económico".

Manuel Bonilla, presidente de la canadiense Barrick, también habló de transformaciones con el proyecto minero que desarrollan en el centro del país para explotar oro. Y da tanta importancia a dicho impacto que no dudó en afirmar que República Dominicana va a ser un país minero en lugar de turístico en términos de ingresos para su economía. "Los fondos que esto va a producir, que representarán el 20% de las exportaciones y el 3% del PIB, nos llevan a convertirnos en un país minero con una gran industria turística, sin competir entre sí. Es todo un cambio de paradigma y será algo muy saludable".

Su proyecto, que contempla una inversión de 3.800 millones de dólares y concertado a 25 años, ha sido objeto de críticas y tensiones fundamentadas en el tema del medio ambiente que parecen apaciguadas. "Precisamente, debemos cuidarlo para que el turismo siga, explicó Bonilla. "Eso y la seguridad personal de la gente". El tercer caso analizado en la mesa fue el de la empresa de telecomunicaciones Viva. Tomás Pérez Ducy, su presidente ejecutivo, fue directo al grano cuando habló de que el tema de la accesibilidad ya no es el núcleo de acción. De hecho, en la República Dominicana, con 10 millones de habitantes de población total, existen 8,6 millones de teléfonos móviles. "Lo importante es saber qué se hace con ese acceso". Los tres directivos hablaron de aspectos vinculados con el desarrollo humano a partir del crecimiento económico, precisamente el tema que está en el tapete en el país dado que la generación de riqueza no se está repartiendo de forma equitativa. Gusmao abogó por generar competitividad y mejorar la calidad de vida. "Tenemos que hacer sustentables los proyectos y enfocarnos en el desarrollo de las personas, en su educación, su salud, la de sus familias, y generarles ambientes seguros". Pérez Ducy añadió la seguridad personal y el descanso de la gente en términos generales. En el ámbito sectorial, abogó por revisar las tasas impositivas, "de las más altas que existen, con el 28%, cuando en otros países son cerca de la mitad. Esto encarece el coste del servicio". -

El presidente de República Dominicana, Leonel Fernández, en su intervención en el foro organizado para promocionar las inversiones en su país.
El presidente de República Dominicana, Leonel Fernández, en su intervención en el foro organizado para promocionar las inversiones en su país.O. RAMOS (EL CARIBE)

Innovar y educar, los grandes retos

Juan Luis Cebrián, consejero delegado del Grupo PRISA y presidente de EL PAÍS, citó la innovación y la educación como los dos grandes retos de América Latina a medio y largo plazo, y la seguridad ciudadana y el narcotráfico como su gran problema. Cebrián pronunció unas palabras previas a la conferencia final del foro sobre inversión en la República Dominicana que pronunció el presidente Leonel Fernández. "República Dominicana está muy bien situada frente al reto de las nuevas tecnologías y de tener una población mejor educada", dijo Cebrián. Y en términos regionales, "hay que esforzarse en garantizar la institucionalidad y mejorar la seguridad jurídica, pero sobre todo la seguridad ciudadana frente al crimen organizado y el narcotráfico. Si los Gobiernos democráticos de América Latina son capaces de enfrentar estos retos y estos problemas, los próximos 10 años pueden ser de crecimiento, mayor desarrollo, mayor igualdad y mayor prosperidad para todos".

Cebrián inició su intervención con referencias a la crisis global, para la que hacen falta soluciones globales. "Este cambio histórico señala el fin de la hegemonía occidental y la traslación del poder hacia países del Pacífico, como China, India, Corea y, aun, Japón. Y una de las cosas previsibles, por tanto, en un mundo de la multilateralidad, es que haya más centros de poder y tensiones geopolíticas inesperadas que hace 5 o 10 años", dijo.

Cebrián dijo que han aumentado los desequilibrios internacionales. "Debemos estar preparados para un mundo más inseguro en muchos aspectos y que necesita mayor atención de los gobernantes". Calificó la crisis como política, y no económica. "Es una crisis de liderazgo, de moral porque ha incrementado la desigualdad en todos los países, y es una crisis de la democracia y de sus instituciones", afirmó, para luego destacar que la respuesta a la situación debe ser política.

Se mostró optimista con respecto a la supervivencia del euro y auguró problemas fuertes para Europa y EE UU si la moneda única naufraga. "Ambas economías constituyen el 50% del PIB mundial, lo que haría inevitable un contagio al resto de los países, incluida América Latina, que vive un buen momento gracias al incremento de los precios de las materias primas y la venta de minerales. Y vive una situación singular porque antes miraba a Europa como solución y es ahora Europa la que la mira para ver maneras de hacer".

Cebrián identificó "tres Américas Latinas", y en una de ellas, la de Centroamérica y Caribe, "creo que la República Dominicana tiene un protagonismo y un liderazgo que puede crecer si se hacen las cosas bien". -

Un objetivo presidencial

Una de las constantes de los tres Gobiernos del presidente dominicano, Leonel Fernández, ha sido la promoción de su país como destino de inversión. Criticados por ciertos sectores que los califican de onerosos, y alabados por otros que les otorgan suma importancia para el desarrollo del país, sus viajes por los cinco continentes se han centrado en reuniones con empresarios a los que anima a traer sus capitales a tierras quisqueyanas. Y en tiempos de crisis, la tónica no ha variado, pues como afirmó el mandatario en la conferencia que pronunció el jueves, "mientras más preocupante es la crisis fuera, mayor es la inversión en República Dominicana".

No es que sea del todo cierto. Como había manifestado su ministro de Economía horas antes, al inaugurar el foro Invertir en la República Dominicana, al haberse abierto tanto a los mercados, la economía nacional sufre los choques externos en forma, por ejemplo, de menos cantidad de turistas y menos exportaciones. Pero el comportamiento de la inversión extranjera da la razón al presidente, pues durante tres años consecutivos habrán llegado capitales equivalentes a más de 2.000 millones de dólares por año. Entre las áreas de interés están las nuevas tecnologías, la cinematografía, "ámbitos de la producción donde el capital intensivo deje a un lado el trabajo intensivo y se genere mayor valor agregado", en un país en el que el PIB ha pasado de 20.000 millones de dólares en 2004 a 56.000 en 2011.

El mandatario mencionó la oportunidad que existe en el sector turístico a partir de la diversificación de la oferta para, por ejemplo, llegar a consumidores de alta capacidad de gasto que complemente el tradicional todo incluido o a aquellos que gustan del ecoturismo. Más allá de las cuestiones meramente económicas, al hablar de educación, Fernández insistió en la necesidad de enfocarse en la calidad en lugar de en la cantidad, en la línea del debate que sostiene con sectores que reclaman que su Gobierno cumpla con la ley que establece dedicar un 4% del presupuesto nacional a dicho renglón. -

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