Una parada para la gloria

Hasta los 17 minutos de partido, lo único que tuvo que hacer Iker Casillas fue entrar en la historia. Escuchó los himnos con el mismo respeto con el que guardó un minuto de silencio en honor de los soldados muertos en acto de servicio y se intercambió los banderines con Lampard. Hasta el minuto 19, al portero, que ayer igualó la gloria de Andoni Zubizarreta, 126 partidos internacionales con España, ni se le vio. Como le pasó ayer a Iker, Zubizarreta, el legendario portero español -primer futbolista en llegar a las 100 internacionalidades- terminó imbatido la última vez que jugó en Wembley, en la Eurocopa de 1996. Y como ayer, también perdió España, aquella vez en los penaltis. "Se lo agradezco todo a mis compañeros", dijo Casillas. "A nivel personal me gratifica mirar atrás y ver lo que he conseguido. Estoy orgulloso".

Vestido de amarillo, el color con el que se siente más cómodo -consultó con Reina y Valdés antes de darle el OK a Adidas para que lo confeccionara-, el guardameta entró en la leyenda sin despeinarse. En pocos partidos habrá tenido menos trabajo, apenas una parada a un tiro lejano de Lampard. Si acaso, en aquel contra Venezuela en el que solo disputó un minuto, obligado por contrato. Lejos de la acción pero metido en el partido, a Casillas se le vio muy pendiente de Ramos y Piqué, que ayer volvieron a formar de centrales en lo que se intuye como una declaración de principios del seleccionador, y muy especialmente de Jordi Alba, a quien dio ánimos y corrigió con el cuidado que merece un futbolista nuevo en el grupo.

En Costa Rica, el próximo martes, y si no cambian los planes, Casillas volverá a jugar media parte, como ayer, para convertirse en el futbolista español con mayor número de entorchados internacionales: 127. Es indudable que el portero más laureado de la historia del fútbol español se ha ganado cada minuto bajo los palos de la portería española, de Zamora en 1920 en el estadio de La Butte, en Bélgica, a Reina, ayer, en Wembley.