Entre pinchos y amigos

1. Tacha. Es una peluquería y algo más, con jardín, hamacas... Ahí me ingreso y me hago de todo, porque es también centro de estética, es una delicia (Ochandiano, 35. El Plantío). Lo descubrí hace año y medio a través de una amiga y flipé.

2. Restaurante Nina. Como está enfrente del teatro Maravillas (Manuela Malasaña, 10), es probablemente el sitio en el que más como cuando estoy en Madrid. Conozco a Nina desde que era pequeña y tienen unos menús divinos. Pero, sobre todo, es prodigioso el brunch del fin de semana. Tiene todo lo que te puedes imaginar, zumos naturales, tostadas francesas, brownies, huevos revueltos, panes con todo tipo de aceites...

3. Mercado de San Miguel. Es la bomba, tan bonito, y todo te entra por los ojos. Aparte de comprar es muy importante que puedes llevar comida a casa. Viene alguien de fuera y siempre le llevo a verlo, con sus terracitas enfrente, es maravilloso.

4. Cines Renoir. Siempre voy ahí a ver las películas, no las concibo si no son en versión original. Si es en Retiro (Narváez, 42) voy andando, porque vivo al lado, o en moto. Otras veces voy al de Cuatro Caminos (Raimundo Fernández Villaverde, 10). Aunque esté rodando, siempre voy al cine por lo menos un día a la semana, que hay que echarle valor. Mi sesión favorita es la última sesión del domingo, eso no lo perdono. Si en los Renoir no hay pelis que me interesen voy al Verdi.

5. Las casas de los amigos. Especialmente las de mis vecinos de rellano Tristán y Caro. Las casas de mis amigos siempre son lo mejor de Madrid. Te abren las puertas casi sin pensarlo. No conozco ningún sitio de copas, siempre vamos a tomarlas en casas. Y los vecinos de rellano son los mejores que uno puede tener: de repente, llegar después de un rodaje y encontrarte una bolsa con algo de comer, o un regalito.

6. Microteatro por dinero. Soy adicta, eso de que dure 15 minutos es genial y además descubres auténticos talentos. Y siempre nos encontramos con compañeros o amigos.

7. Las terrazas de Menéndez Pelayo. Me encantan las terrazas del barrio y en especial la del Arzábal (Doctor Castelo, 2). Es una delicia, sus pinchos, y los del Rafa (Narváez, 68). Me encantan los sitios donde se come bien, te tratan bien, estás a gusto, te encuentras con gente, pasas buenos momentos y bebes buen vino.

8. La manduca de Azagra. Cada vez que viene un amigo de fuera le llevo ahí (Sagasta, 14). No fallas jamás. La gente flipa. Tiene una cocina sencilla y hecha con productos naturales, verduras de Navarra, los pimientos de cristal... Y cómo atiende el dueño. Además, está cerca del Maravillas.

9. La casa de mi cuñado Luis. Vive en las afueras, en Boadilla del Monte. Está rodeado por infinidad de perros y gatos. Suelo ir siempre que puedo, me encanta tirarme al suelo, ponerme gafitas, bien de protección y ¡hala! A la piscinita y después un picoteo. Para mí es como un pequeño oasis.

10. Estación de Atocha. Es el lugar de huida de Madrid, de donde salen los trenes hacia algunos de mis lugares favoritos, como Málaga, donde tengo mi sitio y disfruto, y Alicante, donde vive mi familia. La pena es que no salgan a Bilbao, otro de mis sitios preferidos. Siempre salgo de viaje por la mañana, es una estación cómoda, con sus plantas, el microclima. Deliciosa.