El arte de esquivar la censura

"Al principio pensábamos que la revista duraría tres meses, y fueron 30 años", confesó ayer Xavier Dalfó, fundador de Canigó. La revista nació en 1954 en Figueres debido a la inquietud política y cultural de un grupo de jóvenes. Sus portadas son la memoria viva del final del franquismo, de la transición y de los albores de la democracia.

La sala Aifos, de la Facultad de Filosofía y Letras de la Universidad de Alicante, acoge desde ayer la exposición Canigó, un llegat de llibertat i d'independència, una muestra inédita de más de 80 ejemplares, de un total de 808 que se editaron, cuyas páginas rescatan algunos de los episodios más trascendentales hasta 1983, cuando cerró debido a la falta de ayudas.

La revista acabó siendo semanal y escrita toda en catalán

Massot: "Fue un hito en la revuelta contra el franquismo"

Entre sus portadas destacaron la de Els 10 d'Alaquàs, con la detención por el franquismo de 10 políticos de izquierdas, entre ellos Ernest Lluch, reunidos en un convento, la manifestación de 40.000 personas en Alicante en 1980 o el millón de valencianos que en 1977 salieron a la calle a favor del Estatut d'Autonomia. El diseño y los dibujos de las últimas portadas son obra de Quim Monzó, que en 1976 tuvo que rendir cuentas ante un tribunal por una que decía: A Madrid fan dissabte. Ovidi Montllor, Núria Espert, Joan Fuster, Lluís Llach, Dalí o Espriu ocuparon también algunas de estas portadas.

Dalfó recordó los problemas que la revista tuvo con la censura franquista, tanto por sus contenidos como por su lengua. Tuvieron que pagar varias multas de 50.000 pesetas de la época. Canigó empezó siendo una publicación mensual, de contenido cultural, que poco a poco incorporó reportajes y entrevistas de actualidad.

La escritora Isabel-Clara Simó, directora de la publicación a partir de 1972 "por vía conyugal", según admitió, escribió el primer artículo en catalán. "Colaboradores destacados publicaron en Canigó porque les hacía ilusión escribir en su lengua", recordó Simó, quien desveló que la revista fue bilingüe, hasta que al final todos los artículos eran en catalán excepto uno en castellano para poder sortear la censura. Con la democracia Canigó, Setmanari Independent dels Països Catalans fue vista con recelo "porque no éramos ni socialistas, ni convergentes, y al final tuvimos que cerrar por falta de ayudas", admitieron.

Con motivo de la exposición, ayer se celebró una mesa redonda en la que Francesc Pérez Moragón aseguró que revistas como Serra d'Or o Canigó "fueron un punto de referencia". En la mesa hablaron del legado de Joan Fuster y su contribución a publicaciones como El Temps o L'Espill. Y Josep Massot, de la Abadia de Montserrat, concluyó que Canigó es "un hito en la revuelta contra el franquismo en su ataque a la cultura catalana".