El PSOE cree cumplido su objetivo de sembrar dudas sobre Rajoy

Con la colaboración de Mariano Rajoy, el candidato socialista a La Moncloa, Alfredo Pérez Rubalcaba, cree haber cumplido sus objetivos en el debate de ayer. Eso produjo satisfacción en su equipo y, por supuesto, en él. Terminado el cara a cara, se dirigió al despacho donde se encontraban sus colaboradores, que le recibieron con un fuerte aplauso y hurras. Eso fue al final, pero también le recibieron así en el intermedio.

El candidato y su equipo se habían propuesto "levantar el velo de silencio sobre el programa del PP" y, a su juicio, lo consiguieron. Rubalcaba colocó bajo los focos los temas que quería y sometió a Rajoy a algunas preguntas que no respondió en torno a temas delicados. Ante la ausencia de respuestas claras, el dirigente socialista pudo hacer este resumen ante las cámaras: el PP, si gana las elecciones, podría reducir las prestaciones por desempleo, es decir, el subsidio de paro; los ciudadanos, a través del Estado, pagarían a los bancos sus activos tóxicos, producto de las deudas inmobiliarias, y revisaría el actual sistema de pensiones cada dos años.

Todo esto lo extrajo Rubalcaba del propio programa electoral del PP. El candidato socialista persiguió dialécticamente a Rajoy para que aclarara qué quería decir exactamente su programa en esas materias. El líder del PP no lo hizo y dio pie al equipo de Rubalcaba para que al final del debate proclamaran que Rajoy "se había atragantado con los activos tóxicos, la sanidad, la educación, las pensiones y las prestaciones por desempleo". Así lo expresó el vicecoordinador de la campaña, Antonio Hernando, y otros miembros del equipo electoral.

La apariencia, desde luego, fue de satisfacción porque, aunque los temas que iban a plantear eran exactamente estos, no las tenían todas consigo respecto a las respuestas de Rajoy. El sistema de preguntas que puso en marcha Rubalcaba también les pareció eficaz, toda vez que el líder del PP no respondió o fue evasivo. Rajoy no respondió cuando Rubalcaba le pidió que "tranquilizara" a las personas del mismo sexo que se han casado, o piensa hacerlo, respecto a la espada de Damocles de que si él gana podría derogar la ley que lo permite. El líder del PP dejó la solución en manos del Tribunal Constitucional.

Este asunto junto a la financiación de la sanidad, que tampoco aclaró, o a su colaboración para permitir listas electorales abiertas, quedaron sin aclaración por parte de Rajoy, con lo que Rubalcaba podrá continuar con el discurso de que con el PP en el Gobierno se abren muchas incertidumbres.

El equipo del candidato socialista señaló que este se había dirigido especialmente "a los indecisos y a los progresistas".

Rubalcaba fue recibido de madrugada en la sede del PSOE por unos 300 militantes con grito de "¡presidente, presidente!".