Hemofílicos de Vigo denuncian desatención
Consultas cerradas, pérdida de historias clínicas e intervalos demasiado largos entre cita y cita. Son algunos de los problemas que desde 2010 vienen sufriendo los 100 enfermos de hemofilia que reciben su tratamiento en el Complexo Hospitalario Universitario de Vigo (CHUVI). La mayoría son vecinos de la comarca de O Baixo Miño, la zona de Galicia, y de España, con más casos de esta dolencia congénita e incurable.
La hemofilia, que ocasiona deficiencias en la coagulación de la sangre, estaba siendo tratada en Vigo sin mayores problemas hasta que en 2010 la hematóloga que se encargaba de la consulta fue reemplazada. "Ahora el hematólogo va y viene", denuncia David Silva, el presidente de la Asociación Galega de Hemofilia, el colectivo que agrupa al 95% de los afectados por esta dolencia en toda Galicia, algo más de 500 personas.
A los afectados del sur de la provincia de Pontevedra les corresponde recibir el tratamiento básico en el CHUVI, aunque el centro de referencia para esta enfermedad está en el norte, en el Complexo Hospitalario Universitario de A Coruña, al que suelen ser derivados en caso de necesitar un transplante de hígado, algo relativamente frecuente en este tipo de enfermos. Pero el descontento en el hospital de Vigo está provocando que aun para recibir el tratamiento básico, los enfermos se desplacen hasta A Coruña. "Hay gente que ha optado por empadronarse allí", reconoce Silva.
La Consellería de Sanidade conoce las quejas de los pacientes que en estos dos años se han reunido en numerosas ocasiones con la gerencia del centro y con la dirección médica, aunque niega que en el CHUVI haya un problema de atención. Un portavoz del departamento de Pilar Farjas explica que no hay presupuesto para poner en marcha una unidad específica, pero que tampoco es aconsejable "porque crearía un precedente para otras enfermedades". La Consellería asegura que las citas médicas las fija el doctor según las necesidades del paciente y que no se han alargado los intervalos entre las consultas.
No es lo que manifiestan los enfermos. "Debería ir a consulta cada tres meses y va cada seis, últimamente cada siete", explica la madre de un niño de cuatro años, tratado en Vigo por una hemofilia grave. El pequeño tiene un catéter que le ha producido más de una infección "porque los controles no son suficientes". "Solo se lo veo yo. Me dicen que si tiene 38º de fiebre lo lleve al hospital". En los pacientes adultos, el intervalo recomendado de revisiones es de 6 meses, pero últimamente ese plazo está llegando a los 9 o incluso al año de espera, según Agadhemo. El colectivo denuncia también que no existe un protocolo de urgencia para esta patología, que facilita la coordinación entre el especialista y el resto de los profesionales.
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