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Reportaje:

Fuertes, duras y delicadas

Sanzol recuerda en el Central a las mujeres de la posguerra

Fueron mujeres que vivieron la Guerra Civil y la posguerra. Aprendieron a capear un tiempo áspero con el sentido del humor a flor de piel y dedicadas a sacar adelante a sus familias. El dramaturgo Alfredo Sanzol (Madrid, 1972) homenajea a esa generación de mujeres que conoció a través de su abuela. Lo hace en la obra Delicadas, que presenta hoy y mañana a las 20.00 en el Teatro Central de Sevilla. El grupo T de Teatre se encarga de hacer realidad la propuesta escrita y dirigida por Sanzol.

"El título de la obra está dedicado a mi abuela y sus hermanas. Les tocó una época bastante dura. Estas mujeres eran duras hacia fuera y por dentro eran delicadas. Y vivían esa contradicción", afirma Sanzol. "Me gustaba mucho cuando me contaban pequeñas anécdotas. Con todo, ellas no hablaban demasiado. La obra tiene algo de querer inventar lo que podía haber pasado en ese silencio. Lo he hecho cogiendo detalles, personajes... He aprovechado lo poco que ellas contaban. A partir de eso he hecho una alquimia para reconstruir un pasado inventado", agrega el dramaturgo, que fue nominado a Mejor Autor Teatral y Mejor Director en los Premios Max 2009.

Delicadas está construida con pequeñas historias que forman un mural lleno de coherencia. Una costurera pega a la pared un crucifijo con cemento para que no se lo quiten los milicianos, una mujer necesita la ayuda de sus vecinos para matar un ratón, un soldado envía a un amigo a casa de su novia para que la fotografíe desnuda... "Sigo escribiendo con historias cortas. Mi objetivo es crear una sensación de totalidad, de unidad... Hay algo que corre bajo la obra como un río subterráneo que tiene que ver con algo emocional y hace que el público sienta que ha visto una obra larga", señala Sanzol, considerado como una de las voces más novedosas del teatro español actual. El escritor y director presentó el pasado enero en el Teatro Central la trilogía formada por Risas y destrucción, Sí, pero no lo soy y Días estupendos.

"Socialmente la mujer ha vivido sometida por un machismo terrible. La generación de las abuelas fue víctima de ese machismo. Ahora las nietas y nietos tenemos que seguir trabajando por superar ese machismo", explica. "En la obra hay un nieto que le pregunta a su abuela si ha sido feliz. Ella le contesta: 'soy feliz cuando vosotros estáis bien'. Las mujeres de esa generación se olvidaron de ellas mismas para poner su felicidad en los demás. Eran mujeres muy fuertes. No se paraban a pensar en lo que algo podía costar. Para ellas, no existía la palabra pereza. El ocio era inexistente. Se daban muy poco tiempo para ellas. Sostenían la sociedad. El trabajo que han hecho es impagable y no está reconocido socialmente. Su trabajo es una gran obra de ingeniería colectiva. Y es una obra colectiva silenciada y casi oculta porque se hacía dentro del ámbito doméstico. Pero sin ellas no hubiera podido existir el ámbito público", concluye Sanzol, que recalca que, pese a todo, "no perdían el sentido del humor por mucho que tuvieran que trabajar".

Un momento de la obra teatral <b><i>Delicadas, </b></i>de Alfredo Sanzol.
Un momento de la obra teatral Delicadas, de Alfredo Sanzol.
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