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Los trabajadores de Navantia exigen un dique para reparar grandes buques

El comité afea a Xunta y Gobierno que no cumplan con el naval ferrolano

Con las elecciones generales a la vuelta de la esquina, la plantilla de Navantia en la ría de Ferrol ha lanzado un órdago a la Xunta y al Gobierno: quieren un dique flotante para reparar grandes buques y salvar empleos en una crisis que ha recortado los gastos en Defensa y congelado los pedidos militares. "No es un capricho. Es una herramienta de trabajo. Tampoco es un gasto, es una inversión de futuro", resume el comité de empresa. Se trata de una gran infraestructura móvil que permite izar buques de gran porte y reparar su casco por debajo. Sostienen que el dique les abriría las puertas de nuevos mercados para arreglar y transformar grandes barcos que no pueden recalar en la ría porque faltan medios y espacio.

Feijóo había anunciado un plan de usos para Astano del que nada se sabe
El PSOE asegura ahora que la SEPI ultima un informe "serio y riguroso"

El envite de los trabajadores por el dique se ha diluido en un cruce de acusaciones entre PP y PSOE, o lo que es lo mismo, Xunta y Gobierno central, a cuenta de un proyecto que ambas administraciones dicen apoyar pero que no respaldan con presupuesto. Ni el Ejecutivo central ni el autonómico han dicho cómo o quién pagaría los 140 millones de euros que, según la Consellería de Industria, costaría construir el dique en la ría. Los trabajadores hacen otra lectura: serían dos años y medio de trabajo para 800 operarios y medio millar de empleos fijos en reparaciones navales, un sector que se abre paso y tiene su clientela en los grandes gaseros y portacontenedores que cruzarán el canal de Panamá una vez ampliado.

El conselleiro Javier Guerra llegó a Ferrol el pasado 19 de octubre convocado por el alcalde, José Manuel Rey (PP), con dos informes del Colegio Oficial de Ingenieros de Galicia bajo el brazo para un gran dique de 380 metros de eslora (largo) y 65 de ancho. Guerra concluyó que la obra era viable técnica y económicamente, pero se fue sin comprometer ni un sólo euro. "La Xunta lo apoyará en la medida que pueda", se limitó a señalar el conselleiro, que emplazó a Navantia a "dar el paso". El conselleiro se escudó en que los astilleros son "100% públicos" y propiedad de la Sociedad Estatal de Participaciones Industriales. Sin embargo, su jefe de filas y presidente de la Xunta, Alberto Núñez Feijóo, no reparó tanto en la titularidad del suelo en marzo, cuando anunció en Ferrol un nuevo plan de usos industriales para rentabilizar 200.000 metros cuadrados en la antigua Astano. El proyecto estrella para el naval publicitado por Feijóo en la antesala de las municipales todavía no ha visto la luz y acumula meses de retraso que ningún cargo público sabe explicar.

A los anuncios inconcretos de la Xunta, respondió rápido Navantia para tachar de "incompletos e imprecisos" los informes técnicos del dique exhibidos por Guerra sin proponer alternativa. La dirección del grupo naval rechazó tres veces la invitación del alcalde ferrolano para una reunión a tres bandas (con Xunta y comité) y los trabajadores respondieron por carta acusando al consejero delegado, Luis Cacho, de "incompetente".

El Colegio Oficial de Ingenieros Navales de Madrid se desmarcó de los informes realizados por la delegación gallega, que la semana pasada dimitió en bloque. En la polémica del dique también han terciado alcaldes, parlamentarios, diputados y candidatos de los tres partidos. El exdelegado del Gobierno, Miguel Cortizo, se ofreció a costear el 50% del dique si la Xunta hacía lo propio, mientras el BNG criticó la ausencia de una partida en los prepuestos autonómicos. El diputado popular Arsenio Fernández de Mesa se descolgó asegurando que el veto europeo impedía el dique. El último en pronunciarse ha sido Francisco Caamaño, candidato del PSOE por A Coruña, que anunció que la SEPI ultimaba un informe "serio y riguroso" frente al "paripé" de la Xunta.

El juego electoral de los dos partidos para eludir compromisos concretos irrita a los sindicatos. Por primera vez en mucho tiempo, CC OO, CIG, UGT y USTG han aparcado sus diferencias en los comités de Navantia Ferrol y Fene para poner toda la carne en el asador. Desde septiembre se han manifestado cuatro veces. La última, el pasado viernes y la próxima este domingo. Sostienen que la situación es acuciante y que no se puede dilatar más la apuesta por el dique.

Los astilleros emplean directamente a 2.345 personas en Ferrol (2.015) y Fene (330). Indirectamente, hay otras 3.867 personas trabajando para compañías auxiliares repartidas entre las dos factorías: 3.339 en Ferrol y 528 en la antigua Astano, de acuerdo a los datos que manejaba el Comité en septiembre de 2011. 6.212 puestos de trabajo ligados a los buques que se construyen o reparan en la ría.

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