"Se equivocan cuando hablan del gusto del espectador por la juventud"

Hugh Laurie está en la cima. La serie House que protagoniza es la más popular del mundo, con 81,1 millones de espectadores en 66 países y 25 candidaturas a los premios Emmy (incluidas cuatro victorias) a lo largo de su andadura. Y eso cuando comienza su octava temporada (desde el 25 de octubre en Fox, en el dial 21 de Canal +, y próximamente en Cuatro), en un momento en el que son más las series que han perdido fuerza o han muerto en el intento. House tiene un arma secreta llamada Laurie, el actor británico de 52 años incapaz de tomarse en serio a sí mismo. En ocho temporadas, lo único que ha cambiado es el pelo, siempre canoso pero ahora mucho más fino. El humor, la ironía y esa rapidez a la hora de contestar que comparte con su personaje, el doctor Gregory House, están en plena forma. Aún así hay que ir pensando en el futuro y sus últimos escarceos en el mundo de la música e incluso en el campo de la belleza -es el nuevo rostro de L'Oréal- así parece indicarlo.

"La prisión de mi personaje tiene barrotes de oro"

"Me llegan guiones de cine que provocan carcajadas. Y no son comedias"

Pregunta. ¿Hay vida después de House?

Respuesta. Eso espero (risas). Afortunadamente, mi cerebro es tan minúsculo que nunca anticipo nada. No hago planes ni pienso en el futuro. Está claro que tanto tiempo interpretando el mismo personaje marca. Pero la prisión tiene barrotes de oro. Viene hasta con Internet (risas).

P. Vamos, que no tiene intención de abandonar la serie.

R. Comparada con otras en antena, somos una serie con solera. Pero yo soy el primer sorprendido con lo fantásticas que siguen siendo las historias incluso después de tantas temporadas donde ya lo daba todo por contado. Sigo maravillado y espero que el público también lo esté.

P. ¿Cuáles son los principales cambios de esta nueva temporada?

R. House vivirá grandes cambios a nivel profesional. Como vive para su trabajo, esos cambios tendrán profundas consecuencias en su vida personal.

P. También hay grandes cambios en el reparto, sobre todo entre las mujeres.

R. ¿Será cosa de House o mía? (risas). Me da que los hombres en esta serie son como las moscas, no hay forma de librarse de ellos. Pero las mujeres no nos duran nada. House no es bueno con las relaciones y esa es parte de culpa. Olivia (Wilde) está en otro nivel con su trayectoria estratosférica, Lisa (Edelstein) tiene otra serie (The good wife), lo mismo que Jennifer Morrison (Once upon a time). ¡Me siento como un padre orgulloso! Las nuevas a lo mejor nos duran porque no creo que surja nada entre ellas y House. ¡Aunque sumes la edad de todas sigue siendo la mitad que la mía!

P. ¿Pesan los años?

R. Cuando te dicen todo el rato que tu audiencia está entre los 18 y los 49 y tú dejas de estar entre tu público, eso marca. Pero en Hollywood se equivocan cuando hablan del gusto de la audiencia por la juventud. No me intento consolar, pero el momento más glorioso de la televisión estadounidense lo marcó Dennis Franz en NYPD Blue. O Peter Falk en Colombo. La audiencia responde a un personaje porque es bueno, no porque sea joven.

P. ¿Dónde queda el cine en su carrera?

R. Estoy abierto a hacer algo bueno en el medio que sea. Como si es un serial radiofónico en Namibia. Pero en la actualidad eso se da en la televisión. No sé cuanto durará porque está cambiando y la audiencia se ha fragmentado tanto que es imposible concentrar el número suficiente que pague por un buen drama. Nos acercamos al final de la gran era televisiva pero mientras puedo decir que he leído algunos guiones de cine que provocarían carcajadas entre los guionistas de House. Y no hablo de comedias.

P. ¿De ahí esa gira de conciertos de la que nace el álbum Let them talk?

R. Ha sido la experiencia más terrorífica de mi vida, incluida una caída en paracaídas. Había tocado antes delante de una audiencia, pero un par de canciones. Así que cuando me di cuenta de que tenía que permanecer en el escenario durante dos horas la idea me sobrepasó. Solo podía pensar en activar la alarma antiincendios y salir de allí, pero una vez que comenzamos fue la experiencia más maravillosa de mi carrera. Y así todas las noches, terror, placer, terror placer.

P. ¿Por qué piano?

R. La música siempre ha sido parte de mi vida. Especialmente el sonido del blues, no tanto de Nueva Orleans, más Muddy Waters. Y como muchos otros empecé con la guitarra pero me di cuenta de que son dos tipos de persona, la que busca protagonismo y la que prefiere estar sentado en segundo plano. Y lo de estar sentado me ganó mucho.

P. ¿Y la campaña de productos de belleza? ¿Le toman mucho el pelo sus amigos?

R. Todo. Y yo también lo haría si fuera ellos. Pero puedo hacer algo maravilloso con lo que me han pagado por esta campaña porque irá todo a una fundación benéfica. Así que estoy preparado para que me tomen el pelo a cambio de hacer algo bueno en el mundo.