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Educación anula por teléfono un contrato de taxi para discapacitados

El chófer recibió la llamada la víspera del inicio de curso

La delegación de la Consellería de Educación en Pontevedra comunicó a un taxista mediante una llamada telefónica el final de un contrato de cuatro años para trasladar niños discapacitados de sus domicilios al Colegio de Educación Especial de Vilagarcía para dárselo a otro que opera como autónomo en la misma ciudad.

El 8 de septiembre, un día antes de comenzar el curso, Jesús Ferrer Pardo, de 45 años, recibió una llamada a su móvil para comunicarle que a partir de ese momento quedaba apartado del servicio. El informador, que se identificó como Tomás, dijo que llamaba de la delegación de Educación y la única explicación que dio es que se trataba de "reajustes en el servicio". El aviso se produjo al día siguiente de que el taxista participase en la reunión anual con responsables del centro en la que se informó a los 10 contratados de la nueva planificación de las rutas para este curso.

El taxista tenía asignado desde 2008 el traslado de tres niños al colegio y para ello tenía que recogerlos en Cuntis y A Estrada y entregarlos en el centro de Vilagarcía a las 8.30 horas. El viaje de regreso se producía a las 14.30.

Se trata de un tipo de servicio con un seguro especial y que requiere una autorización expresa de la Dirección General de Tráfico. Además, el conductor se hace responsable de los cuidados de los menores, incluso está obligado a llevar el historial clínico y partes de medicación de cada uno por si tuviera que llamar a los servicio de emergencia ante cualquier contratiempo que pudiera surgir durante el traslado.

Ferrer recibía por este trabajo 14.000 euros anuales. "Creo que no son formas de suspender un trabajo de un día para otro, sin darte tiempo a reaccionar, porque de repente te quedas sin un ingreso importante con el que contabas para vivir", dice el taxista. Ferrer lamenta que "a través de una llamada casi anónima, una Administración agradezca así los trabajos prestados".

El taxista es el único al que Educación ha despedido y su hoja de servicios es intachable. El director del centro de Atención Especial, José Luis Queiruga, lo confirma: "Nunca ha faltado a su trabajo ni ha habido problemas con él". El afectado ha presentado una reclamación ante Educación, previa a la demanda, alegando que la suspensión de un trabajo para la Administración tiene que hacerse por escrito y con los tiempos que marca la ley. Además, la ruta no se ha suprimido sino que se la han adjudicado a otro taxista de Vilagarcía que ya trabajaba para la consellería.

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