La apuesta ganada del Reina Sofía
¿Un auditorio solo para música actual? Lo que comenzó como una locura se ha tornado un éxito
Cuando Jean Nouvel configuró el vestíbulo del Auditorio 400 dentro de la ampliación del Museo Reina Sofía, debió pensar en un templo para los sonidos de hoy. Eso es en lo que se ha convertido: hoy día es la casa de la música contemporánea en Madrid. El director del Centro Nacional de Difusión Musical (CNDM), Antonio Moral, está orgulloso especialmente de esta sala, a pesar de que también tiene mano en el Auditorio Nacional. "El Auditorio 400 es más cálido y tiene un aire de modernidad que no tiene el Auditorio Nacional", explica.
Pero hay que ser justos. Solo ha recogido el testigo: el compositor Jorge Fernández Guerra fue el primer gestor de este espacio y el que arriesgó consagrándolo a la música actual. "Su gestión fue extraordinariamente positiva. Creó un público para la música contemporánea, lo mantuvo durante muchos años y le dio un nivel internacional trayendo a los mejores grupos, como el Ensemble Moderne o el InterContemporain", comenta Moral. Y desde entonces ha sido un éxito: de las 425 butacas, se llenan entre 200 y 400 en cada concierto. El público, muy distinto al de otras salas: "Es un público más desenfadado, más joven. La gente que viene al Reina Sofía es fiel, viene a todos los conciertos, aunque es un público minoritario".
Este año han bajado las funciones en el Reina Sofía, que se agrupan bajo el título 20/21, ya que los comparte con el Auditorio Nacional. 30 recitales de los que el Auditorio 400 acoge 16. Y una novedad más: mientras el año pasado todos eran gratuitos, este año hay siete en los que la entrada cuesta siete euros. Y precisamente en esos es en los que se ha notado la menor afluencia de público.
Pero no es una sala restrictiva y no todo son los conciertos del CNDM: el lunes hubo música de Tomás Luis de Victoria y el que viene un recital de obras de Parra, Murail, Adams y Sánchez-Verdú. El jueves estuvo el francés Pierre Bastien con sus autómatas sonoros. "Igual que en París, en el parque de La Villette, hay un espacio para la música actual, en Madrid también lo tenemos y está en el Reina Sofía", dice Moral. El siguiente paso, lo que ya hace la Fundación Juan March: "Elaborar programas relacionados con las exposiciones del museo y hacer propuestas conjuntas".
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