Reconocer el daño
Distintos portavoces de la izquierda abertzale anunciaron días antes de que ETA emitiera su declaración de cese definitivo de la violencia que el antiguo brazo político de la banda preparaba un documento de reconocimiento a las víctimas del terrorismo. Aunque tan solo ha pasado una semana desde que ETA declarase el cese definitivo de la violencia, ya se han ido apuntando las posiciones.
Los principales partidos democráticos, PP incluido, han valorado el comunicado, han reconocido que se abre una nueva etapa y se han emplazado a abordar su manera de gestionarlo una vez que se constituya el nuevo Gobierno, tras el 20-N.
Más allá del ruido de los medios de comunicación de la derecha radical, Mariano Rajoy empieza a tener presiones muy serias desde la AVT, la asociación más representativa de las víctimas del terrorismo. Rajoy se ha entrevistado, discretamente, con su presidenta, Ángeles Pedraza, y esta ha declarado que el presidente del PP le ha garantizado que, pese al cese definitivo de la violencia, con él no habrá concesiones y no va a cambiar nada en relación con los presos de ETA.
Es un síntoma de que quien gane el 20-N no va a tener fácil la gestión del fin de ETA. Incluso lo puede tener aún más complicado Rajoy, más vulnerable a las presiones de la AVT y de la derecha política. Y más aún si se tiene en cuenta que una mayoría de españoles es reacia a que se tomen medidas favorables a los presos.
La única manera de ir rompiendo ese nudo gordiano es que la izquierda abertzale, y también ETA, empiecen por reconocer el daño causado a las víctimas del terrorismo. De esta reflexión se hicieron eco, hace un mes, algunas figuras de la izquierda radical, como Jone Goirizelaia. Y sí, es conveniente que la materialicen.
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