Castellano fuerza a Gayoso a dejar el consejo de Novagalicia Banco

Los copresidentes de la caja, Julio Fernández Gayoso y Mauro Varela, desaparecerán pronto del organigrama del banco que Novacaixagalicia alumbró en septiembre. Lo anunciaron ayer en un consejo agitado, el primero que se celebra después de que se publicasen las indemnizaciones desmesuradas a un puñado de directivos tras dos inyecciones de dinero público. En el comunicado oficial apenas se esbozaron las razones, más allá de que consideran que "su aportación personal al proyecto del banco, como consejeros dominicales, puede ser sustituida por la de otros representantes que la caja en esta nueva etapa".

Estaban muy presionados. "La nueva cúpula quiere aparcar todo lo que huela a pasado", señala una fuente próxima a la caja. Podría incluso haberles forzado a dimitir por las malas, con un acuerdo con los representantes del FROB, el fondo de rescate del Banco de España, que controla el 93% de las acciones. La sección sindical de UGT ya había presentado una denuncia por posible incompatibilidad en la duplicidad de cargos en la caja y el banco.

Un ala del consejo defiende que todo siga igual porque los pagos son legales

Gayoso recordó que a la cúpula de la caja le quedan dos años en NCG

Gayoso y Varela tenían los días contados en Novagalicia Banco y ayer dieron un paso atrás deseando, según la nota oficial, "los mayores aciertos y éxitos al presidente", José María Castellano. "Ambos copresidentes pondrán a disposición del presidente de Novagalicia Banco sus cargos en las sociedades mercantiles que sean titularidad directa o indirecta del grupo del banco", añade NCG. Gayoso es vicepresidente de la tecnológica R y del Banco Gallego. Figura como vocal en Ahorro Corporación, Caser y Lyco Leasing.

La medida se comunicó al final de una larga reunión, inusual por las ganas que los consejeros tenían de hablar de las indemnizaciones. Habían desayunado con el acuerdo del Parlamento (que solicita a los exdirectivos que devuelvan las cantidades) estampado en toda la prensa. Pero no fueron capaces de acordar nada al respecto, ni siquiera de votar una propuesta conjunta.

Salvador Fernández Moreda, expresidente de la Diputación de A Coruña y líder del PSdeG en esa provincia, intervino junto a otros consejeros para sugerir un pacto semejante al de la Cámara gallega. Moreda, que también es miembro de la comisión de retribuciones, ha defendido siempre que no sabía cuál era la cuantía de las indemnizaciones y que se limitó a asentir a lo que el asesor jurídico recomendó. Su iniciativa, en la que no se llegaba a aclarar si el exdirector de Caixa Galicia José Luis Méndez estaba incluido, se diluyó por falta de acuerdo. Una parte del consejo defendió en esa reunión que todo siga igual, dado que tanto los planes de pensiones como las indemnizaciones, por muy escandalosas que sean, habrían cumplido todos los requisitos legales, alegaron.

Hugo una tercera propuesta, la del representante del BNG, que exigió la revocación del acuerdo del 25 de agosto. Fue en ese consejo, de tapadillo, donde se dio el visto bueno a una provisión de fondos para "hacer frente al eventual ejercicio" de la renuncia a cuatro contratos, cuyas cantidades nunca se detallaron y que suman casi 25 millones de euros. Xosé Lois Veiga argumentó que ha habido "como mínimo mala fe y ocultación de datos" por parte de los dirigentes a la hora de facilitar explicaciones sobre los retiros de oro. El argumento no fue suficiente ni siquiera para los representantes sindicales. "Fue una petición traída por los pelos, no podíamos respaldarla porque significaba reconocer que hicimos algo mal y no es cierto", aseguraron después fuentes de CC OO. "En el fondo lo que piensan es que no son responsables de las prejubilaciones multimillonarias, que esas indemnizaciones nacen con los contratos [tres de ellos anteriores al 2006] y no después", reflexionaba posteriormente un consejero.

Hubo una última propuesta, también a iniciativa del vocal del BNG, para la dimisión en bloque de todo el órgano de gobierno. Un gesto que dejase paso a "nuevas caras" al mando de la fundación en que se convertirá la caja. El propio Gayoso recordó que la cúpula actual tiene por delante dos años de ejercicio. Es el plazo transitorio que les otorgó la Xunta para cuajar la fusión.