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"México ya era priista antes del PRI", afirma el escritor Jorge Castañeda

El excanciller analiza el carácter mexicano y sus lastres para la modernidad

Cuando en el año 2000 los mexicanos expulsaron del poder, mediante las urnas, al Partido Revolucionario Institucional (PRI), que gobernaba desde hacía ya siete décadas, muchos creyeron que la transición dejaría en la cuneta los lastres de un régimen anquilosado. Pero no fue así. La entrada en la modernidad está resultando trabajosa. ¿Por qué? Quizás, señala Jorge Castañeda, porque "antes del PRI, México ya era priista. Cada mexicano tiene el chip priista antes de nacer". El PRI era un reflejo del carácter profundo del mexicano, asegura el excanciller mexicano (2000-2003).

¿Pero cuál es ese carácter? ¿Y cómo afecta al desarrollo del país? A responder a estas dos cuestiones dedica Castañeda, analista, escritor y docente, su libro Mañana o pasado. El misterio de los mexicanos (Aguilar), que ayer presentó en la Casa de América, de Madrid, acompañado por Javier Moreno, director de EL PAÍS, y Jesús Ceberio, su antecesor en el cargo y miembro del Consejo de Administración del diario, ambos buenos conocedores de la realidad mexicana.

El despegue de la economía contrasta con los anacrónicos rasgos nacionales

Castañeda contrapone dos realidades: por un lado, el indudable despegue mexicano, con su economía (más o menos) abierta, su democracia representativa y el surgimiento de una nutrida clase media. Por otro, la pervivencia de unos rasgos del "carácter nacional" que resultan anacrónicos y que retrasan la modernización del país: desde el individualismo al desapego a las leyes; desde el victimismo al rechazo al extranjero. Estas pautas de conducta dificultan la solución de los retos actuales: el crimen organizado, la economía informal, la debilidad de la sociedad civil o la falta de unidad.

En opinión de Javier Moreno, el libro es una "herramienta utilísima para entender los misterios de los mexicanos", y tiene muchas lecturas para los españoles. Después de todo, rasgos como el individualismo o la falta de respeto a la ley no nos son tan ajenos.

Si España se ancló en la Unión Europea para dar el salto a la modernidad, México tiene a su lado a Estados Unidos, denostado y admirado al mismo tiempo. El vecino del norte se ha convertido en el mejor ejemplo de que los mexicanos pueden adaptarse a los nuevos tiempos, como lo demuestran los millones de emigrantes que allí viven: la liberación de las mujeres o el apego a las leyes son apenas dos ejemplos de ese cambio necesario.

De izquierda a derecha, Javier Moreno, Jorge Castañeda y Jesús Ceberio, ayer en Madrid.
samuel sánchez
De izquierda a derecha, Javier Moreno, Jorge Castañeda y Jesús Ceberio, ayer en Madrid. samuel sánchez

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