Los líderes afrontan la cumbre sin cerrar las cifras del rescate de Grecia
El Ecofin previsto para hoy se suspende por falta de acuerdo en los detalles - La discusión entre los Estados sobre el fondo de estabilidad sigue abierta
Los líderes europeos afrontan una nueva cumbre, que ya ha sufrido dos aplazamientos, en un clima de sombrías incertidumbres. Aunque fuentes conocedoras de las negociaciones aseguraron ayer que "todo está encarrilado y sólo falta poner los números y los porcentajes a los acuerdos", las indecisiones sobre los detalles técnicos auguran una reunión llena de minas, en la que todo puede saltar por los aires. A ello hay que añadir el embrollo político en que se ha metido la zona euro por la creciente dependencia de Alemania, cuyo Parlamento decidirá por la mañana lo que los líderes aprobarán por la tarde, y la inestabilidad en Italia. La que debía ser la cumbre definitiva para salvar el euro no tiene, ni mucho menos, el horizonte despejado.
El último borrador libera a España de presentar nuevos compromisos
El FMI podría participar en la sociedad para comprar deuda
La suspensión del Ecofin que debía celebrarse unas horas antes de las dos reuniones del Consejo Europeo (27 jefes de Estado o de Gobierno) y de la Cumbre del euro (17 líderes), por falta de acuerdo sobre los detalles, ha añadido más inquietud. La sombra de una segunda edición de la cumbre del pasado 21 de julio, en la que los mercados no se creyeron los celebrados acuerdos adoptados entonces, planea de nuevo sobre Bruselas.
En este momento hay un principio de acuerdo en que la recapitalización de los bancos oscilará entre 100.000 y 109.000 millones de euros, pero sin detallar el reparto por países ni los criterios de valoración de la deuda pública de los países en dificultades en manos de los bancos. Analistas de Credit Suisse consideran insuficiente esta cifra, "muy por debajo" de las estimaciones de 225.000 millones realizadas por este banco o de los 200.000 millones calculados por el FMI, sobre todo en un escenario de recaída de la economía europea.
También hay consenso entre los países en la quita que sufrirán los bonos griegos: será del 50% o 60%, en lugar del 21% acordado el pasado julio, aunque todavía no hay acuerdo con la banca. Esa quita pone en serias dificultades a los bancos griegos, poseedores del 20% de la deuda del país (54.000 millones) y obligaría a poner en marcha nuevas ayudas públicas para evitar su quiebra. "Las últimas informaciones sobre el empeoramiento de la economía griega hacen pensar que muy probablemente el segundo rescate griego deberá ser mayor", señala Sony Kapoor, director ejecutivo de Re Define. El último informe de la Troika -formada por la Comisión, el BCE y el FMI- eleva hasta 444.000 millones las necesidades del nuevo rescate de Grecia.
Pero hay más. El aspecto más enrevesado sigue estando en cómo aumentar la potencia de fuego del Fondo Europeo de Estabilidad Financiera (FEEF), dotado con 440.000 millones. Los líderes pretender aumentar su potencial hasta alcanzar un billón o incluso 1,2 billones de euros. La participación del Banco Central Europeo (BCE), descartada expresamente por la canciller alemana Ángela Merkel, pero no por el presidente del Consejo Europeo, Herman Van Rompuy, volvió a ser ayer objeto de polémica. En uno de los últimos borradores de las conclusiones de la cumbre se incluye un párrafo en que los líderes apoyan "completamente al BCE" en sus acciones para proseguir con las medidas extraordinarias "en este ambiente excepcional de los mercados financieros", en referencia a la compra de bonos en los mercados secundarios de los países con dificultades (Grecia, Irlanda, Portugal, Italia y España).
Merkel señaló ayer que Alemania "no acepta esta frase de la manera que aparece en el comunicado". La canciller quiere preservar la independencia del BCE y sobre todo evitar la imagen de que los políticos pueden imponer una línea de acción en el Eurobanco.
Al margen de la polémica sobre el papel del BCE, los documentos preparatorios a la cumbre, indican básicamente dos fórmulas para reforzar el FEEF. Una primera consiste en que el fondo asegure una parte de las nuevas emisiones de deuda de los países con dificultades, en torno a un 20%, con lo que su efectividad sería cinco veces mayor que la actual. Una segunda opción consistiría en crear una o varias sociedades que acudirían al mercado para recabar fondos sobre todo del FMI, países emergentes o fondos soberanos, lo que también permitiría multiplicar su capacidad de financiación. Las discusiones técnicas sobre ambas opciones siguen muy abiertas.
El último borrador libera a España de presentar nuevos compromisos y concentra la exigencia de realizar esfuerzos adicionales en Italia, cuyo deterioro de la deuda soberana en el mercado secundario se ha agravado en las últimas semanas en paralelo a la crisis política.
El líder de los liberales en el Parlamento Europeo, Guy Verhofstadt, ha señalado que "el miércoles [por hoy] aumentaremos la potencia de fuego del fondo de rescate pero con unos medios e instrumentos que no se creerán los mercados".
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