El exceso, hilo conductor de la antológica de Perejaume
La Pedrera acoge la mayor exposición del artista en años
"Le pregunté a la obra que debía estar aquí: '¿Quieres que te exponga?'. 'No lo se', me dijo. Pero me pareció que lo decía más con pinta de no que de sí". El breve diálogo, entre surrealista y animista, pintado con letras blancas sobre una pared negra es una de las siete obras que el artista Perejaume ha realizado expresamente para la exposición que se inauguró anoche en La Pedrera, sede de la obra social CatalunyaCaixa. Hacía años que no se veía en Barcelona una exposición tan amplia del artista y con tantas piezas inéditas, casi el 80%. Sin embargo, tal como se explicita en el título: ¡Ay, Perejaume, si vieras la acumulación de obras que te rodea, no harías ninguna mas!, es precisamente esta abundancia lo que preocupa al artista. El exceso constituye el hilo conductor de una exposición que recorre los últimos 20 años de su trayectoria y se complementa con la presentación hace unos días de su nueva colección de poemas, Pagèsiques (Edicions 62). "No me gusta la sobreexposición mediática. Hubiera preferido que los dos eventos no coincidiesen. El foco de interés debe ser la obra, no el autor", indicó Perejaume, casi disculpándose de su buen momento.
"Desde los años noventa el trabajo de Perejaume gravita en torno a la idea del exceso y de las estrategias para contenerlo: por una parte, la promoción del reciclaje como nueva moral ecológica del capital para perpetuarse, y por otra, la necesidad de emprender una ruta decreciente", indica Martí Perán, comisario de la exposición (hasta el 12 de febrero). El recorrido arranca con una serie de obras que establecen, según el comisario, una especie de convenio con un espacio de gran personalidad como La Pedrera. Son piedras y una de ellas, de 1.500 kilos, ha sido prestada por una cantera cercana a Bristol. En su lugar el artista ha dejado un letrero que reza: "Esta piedra ha sido temporalmente trasladada para una exposición". El intercambio entre arte y naturaleza aparece en diversas pinturas y esculturas, y en la gran instalación Pintar con el Pirineo, donde pinta sobre las sinuosas paredes gaudinianas con un molde de yeso que reproduce a escala las cumbres pirenaicas, como ya había hecho en la Universidad de Vic con el molde de yeso del rostro del poeta Verdaguer, un asiduo de sus obras. Si bien se le considera un artista conceptual y un personalísimo interprete del land art, Perejaume es también un refinado pintor. Su habilidad se pone de manifiesto en las dos salas iniciales. Una gigantesca baqueta de tambor para tocar la tierra cierra un recorrido fascinante, aunque, como advierte Perejaume con el cariño que profesa a sus creaciones, "son obras que ofrecen siempre cierta resistencia al consumo inmediato".
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