La altivez de la 'Common Law'
Británicos y norteamericanos, primos hermanos, gozan de la misma aversión a cualquier intromisión de un tribunal internacional en su forma de entender la plasmación de los derechos humanos. El Tribunal Supremo norteamericano se niega a cumplir sentencias de la Corte Internacional de Justicia y el Ejecutivo y judicial británico admiten tener simplemente en cuenta pero no cumplir imperativamente lo que viene del juez europeo.
La guerra la tiene perdida máxime después de que su todopoderoso Parlamento aprobara finalmente una ley, como el resto de los 46 Estados miembros, rindiendo pleitesía al Tribunal Europeo de Derechos Humanos. Por algo los ingleses siempre han querido conducir por el otro lado.- Luis Peraza Parga. Dublín, Irlanda.
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