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Reportaje:

El humor corrosivo está en la Red

La serie 'online' 'Non saímos do lixo' aborda aspectos sociopolíticos de Galicia

Un matrimonio de paisanos entra botando en un colegio electoral. La vocal de la mesa les explica que no es necesario llegar a saltos hasta la urna y les invita a emitir su voto. Reaccionan escandalizados porque una mujer tenga ese derecho. "Entonces el mío vale doble", dice el hombre. Cuando la vocal le informa de que tienen el mismo valor, responde que de haberlo sabido hubiese llevado al perro, "que es bastante más listo" que su esposa. Discuten a tres bandas, hasta que la miembro de la mesa les requiere su papeleta. La pareja replica que no necesitan tal cosa, que quieren votar "a los de siempre". Al final, llega un cura y les da dos sobres. "¿Pero cómo puede ser esto posible?", se pregunta la vocal. "Porque somos ghalleghos", sentencian.

"Hacer algo libre, sin censuras, se ve revolucionario, y debería ser normal"
Los programas 'low cost' proliferarán ante la crisis del audiovisual, dicen

La escena está sacada de la serie de humor online Non saímos do lixo, estrenada el año pasado en la web de la asociación Komunikando y que va por su segunda temporada. Con un enfoque irreverente, el programa, en la senda del vasco Vaya semanita, satiriza la realidad social y política de Galicia, algo inédito en el panorama audiovisual de la comunidad. "El hecho de hacer algo libre, sin censuras, se ve como algo revolucionario, cuando debería ser normal", reflexiona su codirector, guionista y actor, Denís Mutante, quien lamenta que este tipo de planteamiento no tenga cabida en la televisión pública "ni ahora ni antes".

Tampoco cuentan con subvenciones, y los exiguos gastos de producción -la gasolina de los que viven fuera de Santiago y la comida del día en el que se rueda- los asume Komunikando. A pesar de ello, la factura técnica es más que notable, sobre todo según avanzan los capítulos. Los actores, salvo Susana Sampedro, la única mujer, son amateurs. Sorprende el talento interpretativo del polifacético músico Leo i Arremecághona.En las próximas semanas grabarán y emitirán la tercera entrega de esta segunda temporada, que tendrá, como la primera, seis episodios, siguiendo el esquema clásico de las series inglesas. Cada uno, de entre 15 y 20 minutos, aborda un tema, como la lengua, las elecciones o la cultura. Cuando acabe, darán por terminado el programa, pero estudian despedir a sus personajes con un largometraje.

Denís Mutante cifra en 5.000 los espectadores de cada capítulo y se sorprende de su repercusión, a pesar de ser una propuesta eminentemente underground. "Con GalegoZ [grupo del que era vocalista] sacamos tres discos y nadie me paró por la calle; ahora nos reconocen", cuenta. En el carnaval de Xinzo de Limia se toparon con hasta diez personas disfrazadas de Capitán GZ, un impasible superhéroe llamado a salvar la patria gallega, pero que todo lo que hace es soltar refranes y beber cerveza.

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Precisamente, una de las claves es el mecanismo narrativo, tomado de la inglesa Little Britain, por el cual los sketches siempre tienen el mismo final, de forma que el interés para el espectador iniciado está en cómo se desarrolla. También buscan mezclar las dos tradiciones humorísticas británicas, la más irónica y refinada con la escatológica. Así, la escena relatada antes pertenece a Os jallejos, una pieza que lleva al extremo salvaje el arquetipo del aldeano bruto, simple, y que se cierra con los personajes aludiendo a su identidad para justificar su barbarismo, homofobia, machismo y autoodio.

De la citada Vaya semanita toman lo que tiene de muestra sociológica, de tratar de llevar a la pantalla (del ordenador) una determinada realidad. En este sentido, dan cabida a un sector escasamente representado en los medios, la izquierda nacionalista más allá del BNG, sobre la que ironizan con profusión. Como cuando en una rueda de prensa para anunciar la unidad de tres grupos de esa ideología ante los ataques a la lengua gallega, los tres líderes acaban a puñetazos para dilucidar si siguen la normativa oficial, la de mínimos o la lusista. Esas críticas les valieron algún enfado en ese círculo, pero Denís Mutante señala que la gente se lo toma como lo que es, una broma, y que en general les gusta verse representados.

Bastante inusual por estas latitudes es también el tratamiento explícito de las drogas, que el creador desdramatiza. "Es una parte más de la sociedad, sobre todo a una determinada edad", argumenta. En uno de los sketches Kriterio, un monstruito de peluche que da consejos prácticos bastante contraproducentes, sugiere a un joven que consuma heroína para evitar la latosa labor de hacer la cama todos los días. En otro, a modo de spot, se promociona el Camino Jacobeo (un juego de palabras con una de las denominaciones informales de ese estupefaciente) como ruta turística por los mercados de droga del país, desde Caranza hasta O Vao.

Denís Mutante explica que aprovechan la retroalimentación que sus seguidores aportan a través de las redes sociales para saber qué personajes y qué temas funcionan mejor. Así, les piden más cuestiones de actualidad, por eso van a dedicar un capítulo a la crisis. En cualquier caso, aunque es consciente de las carencias de su forma de trabajo a la hora de llegar a un público más masivo, pronostica que, ante las malas perspectivas del audiovisual, este tipo de programas lowcost proliferarán. "Cada vez es más fácil, cualquiera puede hacerlo", indica. De momento, Non saímos do lixo ya ha abierto el camino.

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