Cerco a la novatada cruel
Los colegios mayores de Santiago prohíben desde hace años las pruebas y mofas a los residentes recién llegados, aunque en la calle el descontrol es mayor
Hace pocos días, Pastora Bello, la directora del Colegio Mayor San Clemente de Santiago, tuvo una breve conversación con una estudiante recién llegada a la residencia, una novata a la que no veía implicarse en las pruebas que cada inicio de curso preparan los colegiales veteranos para recibir a los nuevos. "Me dijo que no bajaba porque era muy tímida y no le apetecía participar", cuenta Bello para probar que en su centro el que no desea tomar parte en el juego de los veteranos no tiene por qué hacerlo. Acaba de heredar la dirección de la residencia pública con más tradición de novatadas de Compostela, el mismo curso en el que tres jóvenes de un colegio mayor vecino, el jesuita San Agustín, tuvieron que ser atendidos, y dos operados, tras ser lesionados en los ojos con detergente durante una batalla de alimentos en plena calle.
"Puede que a veces se sientan un poco intimidados, pero son voluntarias"
"Me parece bien que se conserven las tradiciones, pero no somos trogloditas"
San Clemente, como San Agustín, hace años que prohíbe las "novatadas clásicas" dentro del edificio, bajo amenaza de expulsión. Al amparo del centro sobreviven las que la directora llama "actividades de integración", como hacer que el novato conteste a una serie de preguntas más o menos incómodas que, a modo de interrogatorio, le formulan los más experimentados. "Puede que a veces se sientan un poco intimidados, pero estas actividades son siempre voluntarias", defiende la directora, que señala que en los últimos años se han endurecido los controles para evitar abusos y que ella misma se preocupa de hablar con los nuevos para saber si se encuentran cómodos con el trato de sus compañeros.
Según la Real Academia Española, la novatada se basa siempre en la humillación. "En algunas colectividades, vejamen y molestias que los antiguos hacen a los recién llegados", fija el diccionario. El Código Penal las incluye entre los delitos de tortura y contra la integridad moral y los directores de los colegios mayores cuidan que el recibimiento de las nuevas promociones no se les vaya a los veteranos de las manos. "Me parece bien que se conserven las tradiciones, pero no somos trogloditas. Lo que se hacía hace 50 o 60 años no tiene por qué servir ahora", admite Bello. El reglamento interno del Servizo Universitario de Residencias (SUR) de la Universidade de Santiago -formado por seis residencias, cinco en Compostela y una en Lugo- considera falta grave "faltar al respeto y consideración a los demás residentes", pero nunca se hizo uso de este supuesto por una novatada, explica un portavoz de la universidad, porque tampoco existieron denuncias.
Las restricciones, muy parecidas en las residencias privadas, sacan las novatadas a la calle. Y fuera de los colegios mayores, los abusos quedan a merced de que la Policía Local los detecte y de que el novato agredido los denuncie, cosa que no suele ocurrir. Después de salir a la luz la agresión a los tres chavales de San Agustín, los directores de los colegios mayores y residencias de Santiago, públicos y privados, celebraron una reunión para hablar de lo sucedido y reflexionar sobre si las medidas que se han tomado son las suficientes. "Tenemos muchas actividades y nunca ha habido ningún problema porque se realizan con sentido común. Nos molesta que se diga que nuestros colegiales participaron en la batalla", se queja Miguel Rey, director del colegio Gelmírez de Compostela, privado. Rey reconoce que sus residentes celebran bautizos, un ritual que consiste en bañar al novato con el agua de una fuente. "Si alguno se encuentra mal, no le apetece o está enfermo, no pasa nada", aclara.
Una charla con residentes en colegios mayores con tradición de novatadas demuestra que no siempre es así, o que detrás de la aceptación de ciertos juegos está el miedo de no ser aceptado. Ana (nombre falso) no tiene muy buenos recuerdos de su primer día en San Clemente, hace ya cinco años, porque le hicieron tumbarse boca abajo sobre una mesa y moverse como si estuviera nadando. Otro joven, residente hasta este curso en el colegio Monte da Condesa, donde fue novato y veterano, asegura que es común entrar en la habitación del nuevo y rociarlo con el extintor. En la residencia privada Abeiro de Lugo era frecuente que a los nuevos los obligaran a hacer surf, es decir, meter un pie dentro del váter. La directora prohibió las novatadas en 2007 después de que los veteranos inundaran las habitaciones de la primera planta en un bautizo masivo -y a oscuras- en el patio de luces. El papel higiénico atascó el sumidero y el agua empezó a subir. "Asustó hasta a los veteranos", recuerda una novata de entonces.
La Policía investiga vídeos de Youtube
La Policía Judicial de Santiago trata de averiguar quién introdujo detergente desinfectante el pasado 5 de octubre en la Praza do Irmán Gómez de Compostela, el lugar elegido desde hace años por los colegiales de varias residencias de Santiago para celebrar sus batallas, una suerte de pelea que se repite todos los años y en la que novatos y veteranos se atacan con harina, salsa de tomate, agua o leche. La Policía ha abierto la investigación de oficio porque todavía no existen denuncias de los afectados; aunque dos de ellos han manifestado su intención de dar parte de la agresión, aún no lo han hecho formalmente. Los tres han prestado ya declaración.
Para la investigación, que un portavoz de la Policía califica de "avanzada", los agentes están realizando un seguimiento de los sitios webs que pueden arrojar algo de luz sobre lo que sucedió la noche del 5 de octubre. Buscan, por ejemplo, vídeos en Youtube, un portal en el que se encuentran fácilmente grabaciones de las novatadas de varios colegios mayores de Santiago. La mayoría de las imágenes son más festivas que otra cosa, pero la Policía busca en ellas alguna pista que le permita identificar a los responsables de la agresión.
Otro de los datos que más interesa a los agentes es saber de dónde vino el producto abrasivo arrojado a la cara de los tres jóvenes durante la batalla. Los estudiantes encontraron los envases en el suelo cuando la Policía ordenó desalojar la plaza tras recibir quejas de los vecinos por el ruido. Alejandro Rodríguez Armesto, portavoz de los colegiales de San Agustín, asegura que los botes no salieron de su residencia porque "el colegio no utiliza ese tipo de detergente". Mientras las investigaciones siguen su curso, los tres jóvenes lesionados, de Lugo, Vigo y A Coruña, se recuperan en sus casas.
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