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Reportaje:

Los gritos contra Puerta, sin sanción

Antiviolencia se escuda en la imposibilidad de identificar a los autores para no multar al Atlético por los cánticos sobre la muerte del jugador del Sevilla en el Calderón

"Ea, ea, ea, Puerta se marea", se oyó el pasado día 2 en el Calderón, durante el partido de Liga entre el Atlético y el Sevilla. Los cánticos eran un recordatorio macabro de la muerte del jugador del Sevilla Antonio Puerta, hace ya cuatro años, tras caer fulminado sobre el césped del Sánchez Pizjuán. Pese a las disculpas públicas hechas desde el club madrileño, la Comisión Antiviolencia investigó los gritos y ayer concluyó que solo merecían una condena y reprobación, así como una petición a los clubes de firmeza ante estos actos porque "dichas conductas no hacen más que desacreditar el buen nombre del deporte".

"No se ha podido identificar a los autores que profirieron gritos", se excusa el comunicado de Antiviolencia, que añade que los gritos vinieron de "una minoría" de aficionados. En la misma resolución se sanciona al Córdoba, de Segunda División, y al Logroñés, de Segunda B, con 3.250 euros y 3.001, respectivamente, por permitir la entrada de una botella y una lata con alcohol en un partido.

España fue multada con 65.000 euros por gritos racistas en un amistoso

La postura de la Comisión con relación a los cánticos del Calderón se puede valorar como tibia a tenor de resoluciones anteriores, en España y en otros países.

En España, las multas más importantes recayeron sobre el Getafe y el Zaragoza, en ambos casos después de que sus aficionados gritaran consignas racistas en un partido contra el Barcelona en la temporada 2005- 2006. La sanción para el club azulón fue de 3.000 euros, mientras que para el equipo maño la multa fue de 9.000 euros. El objetivo de los insultos, en forma de imitación del grito de un mono, era el entonces delantero del Barça, el camerunés Samuel Eto'o.

Eto'o siguió siendo objetivo de las iras de las hinchadas rivales cuando fichó por el Inter de Milán. La temporada pasada, en el partido de Liga contra el Cagliari, el colegiado del encuentro llegó a suspender el partido durante tres minutos y más tarde el organismo rector de la Liga italiana sancionó al equipo local con 25.000 euros de multa por los gritos racistas que dedicaron al jugador. El Roma, por su parte, tuvo que pagar 8.000 euros en 2009 por los constantes insultos que recibía el delantero Balotelli cuando estaba en el Inter.

Pero la sanción más dura que se ha pagado en España por gritos de la afición, se le impuso la FIFA a la Federación Española (RFEF) tras un partido amistoso que enfrentó a España e Inglaterra en el Bernabéu en 2004. El organismo rector del fútbol mundial le impuso a la RFEF una sanción de 65.000 euros por los gritos que recibieron los jugadores ingleses negros durante el encuentro.

Pero, mientras las multas ante las alusiones racistas se suceden, son menos habituales los castigos ante otro tipo de rimas insidiosas. Al igual que ha pasado con el caso de Antonio Puerta, en el Calderón no son novedosos los cánticos que recuerdan la muerte en 1998 de Aitor Zabaleta, seguidor de la Real Sociedad, cuando el equipo donostiarra visitaba al Atlético, y pese a las reclamaciones de los familiares nunca han sido castigados por parte de Antiviolencia.

Para Esteban Ibarra, presidente del Movimiento contra la Intolerancia, la resolución de la comisión no es una sorpresa. "Las resoluciones contra los clubes son muy tenues", se lamenta; "así se desvirtúa el objetivo de la ley, que es educar mediante la sanción". Para Ibarra, la comisión se ha quedado corta en su investigación. "Ahora mismo hay medios para localizar el origen de los cánticos a través de las grabaciones de los hechos, que existen", puntualiza.

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