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Columna
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Juan Cotino ha fichado como asesor (y con sueldo público) a un pensador deslumbrante que pese a su bisoñez ya ha arremetido en las redes sociales contra el líder socialista Alarte, las diputadas Albiol, Mollà y Oltra, y la periodista de TVE Ana Pastor, a quien anuncia de qué mal la van a despedir cuando ganen los suyos. Brilla con luz propia el tal Mínguez, último hallazgo en la muy poblada galaxia de censores no jurados. Pero lo que debería inquietarnos, más que las grescas en los mundos de la política o la comunicación, es el rebrote de odio a la inteligencia ¡y hasta a la poesía! Una sociedad que en el rifirrafe partidista todavía utiliza como arma arrojadiza cualquier latido de vida inteligente, debería hacérselo mirar.

Otro botón para la muestra de los horrores nos lo regala el también pepero Rafael Peláez, alcalde de Sedaví, intentando arrebatar una calle a Vicent Andrés Estellés con la excusa de dedicársela al fallecido Vicente Ruiz Monrabal. Y que hayan tenido que ser el hijo y la viuda del supuesto beneficiario quienes frenen el dislate explicando que él jamás lo habría permitido, amigo y admirador como era del poeta de Burjassot... En Llosa de Ranes sí le han arrancado la placa, aunque no es esperable una reacción similar por parte de la familia del general franquista que ha recibido el honor de rebote. También el alcalde de Villamayor de Calatrava (de nombre tan berlanguiano) ha decidido bautizar la plaza de la Selección Española y eliminar del callejero a los pablos (Neruda e Iglesias) y a Enrique Tierno Galván "que son desconocidos y no han hecho nada por el pueblo". Sus vecinos respondieron al rebuzno con una lectura de poemas.

Aparte del desencuentro entre el Ayuntamiento de Elche y la familia de Miguel Hernández, grandes agujeros negros siguen engullendo la memoria oficial de nuestros grandes, y los burrógrafos detectan una reiniciada actividad censora. Vean si no el escaso interés por recordar a Enric Valor, cuya imagen sin embargo he visto desfilar por las calles en una pancarta que exhibían manifestantes del 9 d'Octubre. O a Manuel Sanchis Guarner, cuya placa inaugurada tras el homenaje en la Universitat fue profanada al punto por asnos anónimos.

La damnatio memoriae ya había sido inventada para borrar el rastro, el rostro y el nombre de faraones, faraonas y nobles en el antiguo Egipto. Y se pretende seguir aplicando ahora y aquí contra quienes menos se lo merecen. Aunque no creo que, por fuertes que sean las coces, consigan sacarles de la historia.

Contra los torquemadas, versos de Estellés cargados de futuro: ...No diràs la teua paraula / amb voluntat d'antologia, / car la diràs honestament, / iradament, sense pensar / en ninguna posteritat / com no sia la del teu poble.

PD. Arte y poesía. Miguel Hernández es el título de una exposición acompañada de recitales, música y danza, que invadirá con 80 obras el Castillo de Alaquàs. Se inaugura hoy viernes a las 19.30 y la organiza el colectivo arteEnred. Por fin una buena noticia.

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