De la tradición a la vanguardia

En 1957 una joven Atsuko Tanaka presentó su Electric Dress, un vestido de luces de neón que se ha convertido en una de las obras de arte más importantes de la época. Con él, la artista dio un gran paso en la pintura conceptual y se convirtió en uno de los referentes de un movimiento que nació para romper con el pasado de la sociedad tradicional japonesa en plena posguerra: el movimiento Gutai, imprescindible para entender el arte contemporáneo y pionero de las performances.

Ahora esta y otras obras de Tanaka se exponen en el Espai d'Art Contemporani de Castellón (EACC) en lo que supone la primera muestra de la artista (fallecida en 2005) en España. La exposición es el resultado de años de esfuerzo de comisariado compartido entre el Espai, la Ikon Gallery de Birminghan, el Museum of Contemporary Art Tokio y la Japan Foundation, y reúne, a través de casi un centenar de trabajos de 25 colecciones de todo el mundo, la evolución de una de las artistas más importantes de la vanguardia japonesa.

La muestra incluye su obra más conocida, 'Electric Dress'

'Bell' una obra de 'pintura sonora', utiliza campanas

"Esta exposición significa un ejercicio por recuperar la memoria de una de las artistas orientales más relevantes de los cincuenta y sesenta, tanto por sus aportaciones al análisis de la pintura como medio, como por su ruptura de fronteras y acercamiento a otros medios y, en definitiva, por la importancia e influencia que su obra tuvo tanto en artistas de su generación como en las posteriores", explicó la directora del EACC, Lorenza Barboni.

El arte de conectar repasa los trabajos más tempranos de Tanaka, entre los que destacan sus series Calendar y Work, de 1954, y otras obras de 1955 que muestran paisajes naturales y que constituyen una muestra del modernismo de Japón. Una parte importante de la exposición son los trabajos de su etapa Gutai de 1957 a 1963, así como dos de sus obras más conocidas: el Electric Dress y Bell. Este último es un ejemplo de lo que Tanaka llamó pintura sonora y que consta de 20 campanas eléctricas que suenan en serie.

Sus últimos cuadros antes de abandonar el grupo destacan por estar dominados de formas circulares y líneas a modo de circuito eléctrico. También se muestran trabajos de su último periodo tras abandonar Gutai (1966-2004) en los que la artista aparcó sus cuadros monocromáticos para dar paso a creaciones coloristas ornamentales.

La colección se podrá visitar hasta finales de año en Castellón y no se expondrá en otras salas de España. A partir del próximo año se trasladará a Birmingham y, por último, a Tokio. "Con El arte de conectar Castellón se sitúa a nivel internacional mostrando las vanguardias rescatadas del resto del mundo", dijo el secretario autonómico de cultura, Rafael Ripoll, durante la presentación de la exposición.