La liberación del soldado Shalit será un largo proceso
Israel deberá deportar a 203 presos palestinos excarcelados
El intercambio del soldado israelí Gilad Shalit por 1.027 presos palestinos, de los que aún no se conocen los nombres, será un proceso largo y complejo. Si no surgen contratiempos, Shalit podría regresar a casa, después de más de cinco años en Gaza, ya la semana próxima, pero la liberación y dispersión de los palestinos se desarrollará durante un plazo bastante más largo. Según los términos del acuerdo entre Israel y Hamás, 203 serán exiliados y aún hay que pactar las condiciones con los países que se ofrezcan a acogerlos.
Las celebraciones comenzaron en ambos bandos el martes por la noche, cuando se anunció el acuerdo. Ayer empezaron a serenarse los ánimos y a plantearse los efectos colaterales del gran intercambio. Las autoridades penitenciarias israelíes dijeron esperar "reacciones de frustración" en las cárceles por parte de numerosos reclusos cuando descubrieran que su nombre no figura en la lista.
El soldado israelí será conducido desde Gaza hasta la frontera egipcia
Los reclusos de Hamás llevan más de cinco años sin poder recibir visitas
Actualmente cumplen condena o permanecen detenidos sin acusación concreta unos 6.500 palestinos, parte de los cuales iniciaron a principios de mes una huelga de hambre para protestar contra el trato que reciben. Los presos de Hamás llevan más de cinco años, desde la captura de Shalit, sin recibir visitas de familiares, y la mayoría de ellos son sometidos a un régimen de aislamiento.
También era de esperar un sentimiento de frustración entre las familias palestinas no beneficiadas por el acuerdo. Incluso los padres de Gilad Shalit, Noam y Aviva, comentaron que pese a su felicidad sentían inquietud porque no sabían hasta qué punto los cinco años de cautiverio habrían cambiado a su hijo.
Noam y Aviva Shalit fueron recibidos por el presidente de Israel, Simón Peres, quien rindió homenaje a la "compostura" con que habían desarrollado su larga campaña por la liberación de su hijo, y anunciaron que ya no volverían a la cabaña que instalaron dos años atrás junto a la residencia del primer ministro. "Esperaremos a Gilad en casa", declaró el padre. La cabaña, sin embargo, iba a seguir en el centro de Jerusalén hasta que Gilad Shalit pudiera verla. Centenares de simpatizantes, periodistas y curiosos se acercaron ayer a ella.
En principio, según fuentes israelíes y palestinas, la lista de presos a liberar debería publicarse a principios de la semana próxima. Dos días después de conocerse los nombres, el plazo mínimo para la presentación de posibles recursos ante el Tribunal Supremo, el intercambio se pondrá en marcha. En una primera fase, cuya duración se estima en dos semanas, dejarán la cárcel unos 450 presos palestinos. Esa fase coincidirá con la liberación de Shalit, que será conducido a la frontera de Gaza con Egipto y entregado a las autoridades egipcias. Estas, a su vez, lo entregarán a una comisión israelí de la que formará parte un psicólogo.
Es posible que el soldado permanezca unas horas o unos días bajo atención psicológica antes de hacer declaraciones o viajar a Israel. "Tenemos pruebas de que su estado de salud es aceptable, pero ignoramos su estado de ánimo y su reacción ante los acontecimientos", dijo un portavoz israelí. Un portavoz de Hamás en Gaza afirmó, por su parte, que Shalit ya había recibido la noticia de que sería puesto en libertad en poco tiempo.
El jefe del Shin Bet (servicio de espionaje interno de Israel), Yoram Cohen, cuyo respaldo fue decisivo para que el Gobierno aprobara el acuerdo con Hamás con solo tres votos en contra, explicó que del medio millar de palestinos liberados en la primera fase, 203 serían enviados al exilio en "países aún no determinados". Los demás, hasta alcanzar los 1.027 entre las dos fases, con 27 mujeres en el total, se repartirán entre Gaza y Cisjordania. Quienes vayan a Cisjordania, territorio ocupado por Israel, no podrán salir de ella en 10 años y tendrán que presentarse mensualmente ante las autoridades militares.
El tanquista Gilad Shalit fue capturado el 25 de junio de 2006, cuando tenía 19 años, por miembros de Hamás, los Comités de Resistencia Popular y el Ejército del Islam durante una escaramuza en la frontera entre Gaza e Israel. En el mismo enfrentamiento murieron dos soldados israelíes y dos guerrilleros palestinos. Desde entonces, Shalit ha permanecido técnicamente bajo secuestro (en paradero desconocido y sin control de la Cruz Roja) en algún lugar de Gaza.
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.