Educación prima a los centros privados en la informatización de las aulas
Un tercio de los concertados recibe portátiles frente a un quinto de los públicos
En Galicia hay 1.281 centros públicos (CEIP, CPI e IES) y 283 colegios privados. A estos últimos han ido a parar buena parte de los ordenadores del proyecto Abalar de la Xunta para la alfabetización digital. En concreto, un tercio de los centros privados (88) tienen portátiles gratuitos de la Xunta mientras que solo uno de cada cinco públicos (289) integra el Espazo Abalar. Se promocionó como una herramienta didáctica e interactiva para la revolución tecnológica de la educación gallega pero, a juicio de docentes y sindicatos, no está dando los resultados esperados.
"Fue una gran campaña de marketing de la Xunta ante los padres", critica José Fuentes, responsable de Ensino Público en CC OO. Para la CIG-Ensino, el proyecto es poco más que "propaganda y humo". A las centrales sindicales todavía les escuece un reparto que en 2010 priorizó a los colegios privados a pesar de que hay uno concertado por cada 4,5 públicos. El "favoritismo" de la consellería con la enseñanza privada que denuncian CIG y CC OO no es la única tara que le ven al proyecto. "Los ordenadores llegaron tarde, con el curso ya empezado, y faltó formación para el profesorado que tira a ser de cierta edad", opina Fuentes.
Pontevedra es la provincia en la que los privados se beneficiaron más
Según los sindicatos, "los ordenadores llegaron con el curso ya empezado"
El curso pasado, la Consellería de Educación se gastó 12 millones de euros en comprar 14.387 ordenadores portátiles para otros tantos alumnos de 5º de Primaria y 1º de la ESO repartidos en 682 aulas de 297 centros de las cuatro provincias. Este año, la Xunta ha rebajado sus pretensiones en pizarras digitales metiendo tijera al presupuesto (8,5 millones) y ha tratado de enmendar un primer reparto que favoreció descaradamente a la enseñanza privada que en 2010 se llevó un tercio del lote y únicamente seleccionó a uno de cada cinco centros públicos. Este curso 2011-2012 son 77 los centros que se han sumado al proyecto, 67 públicos y 10 privados, que además se ha ampliado en dos cursos más, 6º de Primaria y 2º de la ESO.
Pontevedra fue la provincia que mejor ejemplificó las diferencias de criterio de la Xunta en el reparto a colegios privados y públicos. Educación seleccionó 61 de los 302 colegios públicos de la provincia -sumando los de Infantil y Primaria (CEIP), centros públicos integrados (CPI) e institutos de secundaria (IES)- y repartió ordenadores a 31 concertados, especialmente del área de Vigo (22). Es decir, el 34% de los ordenadores adquiridos por el Gobierno gallego fueron para alumnos de centros privados, la mayoría religiosos e incluso algunos con un toque elitista. En el listado de Ferrol no figuraba ningún CEIP del municipio, pero sí seis centros privados, cuatro de ellos vinculados a órdenes religiosas. En A Coruña y Ourense ocurrió algo similar, ya que las instalaciones privadas coparon más del 25% del reparto -29 de los 89 centros beneficiados de A Coruña y nueve de los 32 de Ourense-, mientras que en Lugo repartieron portátiles en 40 colegios públicos y ocho concertados.
El PSdeG y el BNG se han referido con frecuencia al proyecto Abalar como "el ejemplo más nítido" de la apuesta del Ejecutivo por los colegios privados, mediante la "financiación encubierta por cuestiones meramente ideológicas", en palabras de la nacionalista Carme Adán. Días atrás, durante un rifirrafe parlamentario con el conselleiro de Educación, el PSdeG también ahondó en este argumento aireando datos sobre recorte de la inversión en educación pública que el diputado socialista Guillermo Meijón cifró en "un 7,4% menos" frente a la privada, que se habría recortado el 3,5%. El conselleiro, Jesús Vázquez replicó que su departamento realiza "el mayor esfuerzo" en los centros públicos, que consumen "el 89% del presupuesto", y se preocupó por apuntar que los concertados "suman, no restan" al sistema educativo.
Pese a las críticas, la posibilidad de disponer de un ordenador por alumno ha permitido a algunos docentes tecnológicamente aplicados sacarle partido a la pizarra digital. El CEIP Atios, de Valdoviño, exprime al máximo sus cuatro aulas Abalar y espera sumar otras cuatro este curso. Su directora, Delfina Bañobre, cuenta que aunque el proyecto arrancó con retraso, el empeño personal del profesorado "está dando sus frutos" y 150 de sus 422 alumnos se valen del portátil "como una herramienta más, como pueden usar un libro o un diccionario". Tampoco les va mal a los alumnos del colegio Ponte dos Brozos de Arteixo, un centro pionero en la aplicación de las nuevas tecnologías que lleva nueve años de ventaja con los ordenadores que les cedió la Fundación Amancio Ortega en 2002.
Para la dirección del centro Jesús Maestro de Ferrol, Abalar es positivo en líneas generales aunque opinan que su eficacia depende en gran medida de la implicación particular de cada profesor para impartir sus clases. El año pasado, la Xunta le entregó a este colegio el lote completo para equipar sus aulas Abalar. Este curso, únicamente les entregan los netbooks de los alumnos. La pizarra digital, el proyector, el portátil del profesor y el carrito de carga para los ordenadores lo pagarán de su bolsillo.
Un plan todavía a medio montar
Educación confía en tener "la gran mayoría" de las aulas virtuales a punto hacia finales de octubre y asegura que entregará todos los portátiles comprometidos para el profesorado la semana próxima. Con todo, la consellería de Jesús Vázquez está todavía lejos de implantar la gran plataforma web en la que pretenden integrar a 33.000 escolares de 374 centros. Inicialmente, habían seleccionado tres colegios más que renunciaron al proyecto en 2010.
De acuerdo a los datos facilitados por Educación, el curso pasado finalizó con 682 aulas Abalar en marcha tras varios meses de retrasos en la entrega del material. Este año, se han habilitado 42 aulas en 33 colegios y 198 están "instaladas o en proceso" en otros 87. A los técnicos todavía les quedan por adecuar medio millar de aulas en las que hay que colocar redes, servidores y antenas wifi. El Gobierno gallego se comprometió a conectar 1.500 aulas a la red educativa de Abalar entre 2010 y 2013.
Sobre el papel, el proyecto nació para modernizar el sistema educativo gallego, con la promesa de que sería más ágil y eficiente. Permite a los padres seguir la evolución curricular de sus hijos online e interactuar con el profesorado. Abalar se planteó como una herramienta didáctica e indispensable para la interconexión de la comunidad escolar. En algunos centros, las aulas todavía no están operativas, no ha llegado todo el material o está cogiendo polvo en un armario.
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