Una cuestión de responsbilidad
Uno de los principales motivos por los que los profesores nos estamos movilizando en estos días es la responsabilidad.
La misma responsabilidad que nos hizo aguantar la situación hasta ahora (por los alumnos, las familias, la escuela pública) es la que nos impide callar y no protestar contra lo que está ocurriendo y contra las consecuencias nefastas que tendrá.
Hemos intentado aguantar y echar sobre nuestras espaldas todas las medidas adversas que se han ido implantando en relación al sistema educativo público durante los últimos años. Pero ese ejercicio de responsabilidad ha sido malinterpretado por una Administración, la madrileña, que quiere aprovecharse de nosotros y de la coyuntura económica para sus ocultos (o no tan ocultos) fines. Nuestro compromiso con las familias nos obliga a luchar por la escuela pública, a la que consideramos garante de la igualdad de oportunidades, necesaria siempre y, en momentos de crisis, imprescindible. Es nuestra responsabilidad avisar del interés económico que puede reportar la educación a los grupos de presión cercanos a una Administración neoliberal que no cree en la gestión pública, sino solo en aquello que reporta beneficios.
En estos momentos tan complicados se nos pide hacer un esfuerzo y eso es lo que estamos haciendo; esforzarnos por ser responsables protestando y avisando de lo que puede pasar.
Apelar a nuestra responsabilidad es la excusa de la Administración para conseguir nuestra complicidad en la búsqueda de su objetivo. Por responsabilidad no podemos consentirlo.
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